La Bolsa española cambia de rumbo y rebota con fuerza

Las Bolsas europeas han logrado este jueves cerrar la sesión con subidas después de una jornada de grandes altibajos tras el batacazo de ayer. Aunque no había un argumento claro para el optimismo ante el fiasco de la cumbre europea de la víspera, la importante mejora registrada en la deuda francesa al confirmarse que se queda con su triple A han animado el rebote. En España, el Ibex 35 ha cerrado con un alza del 1,46%, con lo que se distanciaba de los mínimos a los que cayó al cierre del mi...

Las Bolsas europeas han logrado este jueves cerrar la sesión con subidas después de una jornada de grandes altibajos tras el batacazo de ayer. Aunque no había un argumento claro para el optimismo ante el fiasco de la cumbre europea de la víspera, la importante mejora registrada en la deuda francesa al confirmarse que se queda con su triple A han animado el rebote. En España, el Ibex 35 ha cerrado con un alza del 1,46%, con lo que se distanciaba de los mínimos a los que cayó al cierre del miércoles, cuando marcó su peor nivel en los últimos nueve años.

Después de transitar durante buena parte de la mañana en rojo, el selectivo de la Bolsa de Madrid ha logrado consolidar una subida del 1,46% al final de la sesión, así que mañana abrirá en 6.534 puntos. Ocho valores, sin embargo, han registrado pérdidas, al frente de las cuales se ha situado Bankia. La entidad nacionalizada ha vuelto a morder el polvo con un caída del 7,4% después de la comparecencia en el Congreso del ministro de Economía, Luis de Guindos, para explicar su nacionalización y confirmar que habrá ampliación de capital. En el lado opuesto de la clasificación, la que más ha subido ha sido Sacyr, que se ha revalorizado un 8,73%. Repsol, que ha confirmado el potencial de sus hallazgos en Brasil y Gamesa, que acaba de cambiar de presidente, se han situado a continuación, aunque a cierta distancia con repuntes del 3,37% y 2,89%.

En el resto de plazas europeas, Milán ha rebotado un 1,13%, París ha hecho lo propio con un alza del 1,17% y Londres ha recuperado un 1,59%. Fráncfort, por su parte, ha avanzado un más modesto 0,48%,

El primer dato que ha condicionado la jornada ha sido, de madrugada, una mala cifra sobre la actividad industrial en China, que por otro lado anima las especulaciones sobre eventuales medidas de estímulo. Tras la apertura se han conocido los datos de actividad del sector privado correspondientes a la eurozona y Alemania, que han bajado a mínimos de los últimos tres años, lo que explica las caídas de primera hora.

Tampoco el índice de confianza empresarial de la locomotora europea daba buenas noticias, ya que ha registrado en mayo su primer descenso de los últimos seis meses. Mientras, en cuanto a lo positivo, la confirmación de que el PIB alemán creció un sorprendente 0,5% en el primer trimestre no ha dejado de ser más que eso: una confirmación y, por lo tanto, un dato que ya había sido descontado por el mercado.

En ese momento y con el ministro alemán de Economía, Philipp Roesler, reiterando el rechazo de su país a los eurobonos —"son la herramienta equivocada"— el euro tocaba niveles desconocidos desde julio de 2010. Así, ha dado continuidad a las caídas de los últimos días y ha llegado a intercambiarse a 1,251 unidades de dólar, algo que no se había visto en estos casi dos años —teniendo en cuenta los datos de cierre de Bloomberg—. Sin embargo, tras el bajón, se ha recuperado algo (1,257).

No ha sido el único. A las 11.00 ha llegado el cambio de tono en las Bolsas a raíz de una importante mejora de la deuda francesa, cuyo bono de referencia a 10 años ha visto como su rentabilidad pasaba del 2,7% de la víspera al 2,5%. Mientras, el interés de los títulos alemanes al mismo plazo comenzaba a subir tímidamente tras los mínimos históricos de ayer, aunque sin perder el nivel del 1,3%. Este recorte se explica por una fuerte entrada de inversores en los bonos franceses que los analistas atribuyen a un trasvase desde la deuda de Alemania. Con este movimiento se han adelantado a la decisión de que la agencia Moody's ha concluido la revisión de la calificación de Francia con la decisión de mantener su triple A.

El cambio de signo también ha beneficiado a España. La prima de riesgo del país, que equivale al diferencial entre sus bonos a 10 años frente a los alemanes, de referencia por su estabilidad, ha bajado con respecto al cierre de ayer lligeramente (apenas cuatro puntos básicos) y se ha situado por debajo de los 480 puntos (477). La rentabilidad de los títulos con vencimiento en 2021 se ha reducido al 6,14%. Por su parte, el sobreprecio exigido a la deuda italiana ha bajado algo más (10 puntos básicos) a 417.