La reestructuración financiera

Catalunya Caixa asume que deberá convertirse en un banco

La entidad busca un inversor para recapitalizarse

Catalunya Caixa, la segunda caja catalana y la cuarta española, ha asumido que la vía para recapitalizarse es su conversión en un banco y la entrada de un inversor. A pesar de que la entidad quiere ver primero el decreto que saldrá del Consejo de Ministros del viernes, su director general, Adolf Todó, ha enviado ya un comunicado a sus trabajadores en el que da por hecho que traspasará su negocio a un banco controlado por la caja, a t...

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Catalunya Caixa, la segunda caja catalana y la cuarta española, ha asumido que la vía para recapitalizarse es su conversión en un banco y la entrada de un inversor. A pesar de que la entidad quiere ver primero el decreto que saldrá del Consejo de Ministros del viernes, su director general, Adolf Todó, ha enviado ya un comunicado a sus trabajadores en el que da por hecho que traspasará su negocio a un banco controlado por la caja, a través de una fundación, junto con un inversor al que deberá remunerar con dividendos "si los resultados lo permiten". En la nota, no se descarta que ese nuevo accionista, que estará en los órganos de gobierno de la caja, sea público o privado.

Tras la venta del paquete que tenía en Repsol, del 1,63%, por 448 millones de euros, Catalunya Caixa ha incrementado su capital básico hasta el 6,7%, cerca de la exigencia que imponen las normas internacionales de Basilea III para 2019, pero lejos de la horquilla de entre el 9% y el 10% que el Gobierno central pedirá a las entidades no cotizadas o sin inversores. Para llegar a ese nivel, la entidad que preside Fernando Casado necesita unos 1.000 millones de euros. Este dinero se podría captar a través de un inversor o bien con una inyección del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

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De cualquier modo, Todó asegura que la medida beneficia a la entidad, puesto que calcula que esta se ahorrará los 100 millones de euros en concepto de intereses que hubiera supuesto acudir a una segunda ronda del FROB con una petición de 1.000 millones. Tanto si se trata de inversores públicos como de privados, estos entrarían como accionistas directos de la entidad, fruto de la fusión de las cajas de Catalunya, Tarragona y Manresa. "Este socio compartirá propiedad con la fundación y estará presente en los órganos de gobierno", detalla. En la nota, Todó recalca que en todo caso Catalunya Caixa conservará su obra social.

Una portavoz de la entidad explicó que el comunicado trata de informar a la plantilla sobre la repercusión en la entidad de las medidas anunciadas por la vicepresidenta Elena Salgado y agregó que la dirección quiere analizar el decreto que debe aprobar el Ejecutivo central, antes de decantarse por una fórmula para recapitalizarse.

Sin embargo, el Consejo de Administración de Catalunya Caixa ya ha asumido también que antes de septiembre la entidad se convertirá en un banco. Fuentes financieras explicaron a Efe que el Banco de España ya ha instado a la caja a transformarse en un banco y efectuar una ampliación de capital suficiente para que su core capital alcance lo exigido por el regulador.

La otra fusión de cajas catalana, Unnim, también analiza las opciones que tiene sobre la mesa para llegar a esa horquilla de entre el 9% y el 10% de capital básico. Además de los cerca de 200 millones que requerirá del FROB, la caja tampoco descarta convertirse en un banco para captar capital del mercado.

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