Portugal despedirá a 40.000 funcionarios para rebajar el déficit público

El Gobierno portugués también prevé la congelación de un 4% anual en las transferencias al sistema de salud pública y a las universidades

El Gobierno portugués de centro derecha planea despedir a unos 40.000 empleados públicos entre los años 2003 y 2006, dentro de sus planes para reducir el déficit en las cuentas del Estado, según revela hoy el diario luso Público. Se trata de una de las principales medidas del Plan de Estabilidad y Crecimiento Nacional (PECN), anunciado esta misma semana y que también prevé la congelación de un 4% anual en las transferencias estatales al sistema de salud pública y a la enseñanza superior.

La reducción de funcionarios, unos 700.000 a finales del presente año, se realizará a un ritm...

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El Gobierno portugués de centro derecha planea despedir a unos 40.000 empleados públicos entre los años 2003 y 2006, dentro de sus planes para reducir el déficit en las cuentas del Estado, según revela hoy el diario luso Público. Se trata de una de las principales medidas del Plan de Estabilidad y Crecimiento Nacional (PECN), anunciado esta misma semana y que también prevé la congelación de un 4% anual en las transferencias estatales al sistema de salud pública y a la enseñanza superior.

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La reducción de funcionarios, unos 700.000 a finales del presente año, se realizará a un ritmo del 1,5 durante cuatro años, lo que supone la supresión de algo más de 41.000 empleos, para alcanzar una cifra cercana a los 659.000 en 2006. El PECN es el documento anual elaborado por el Ejecutivo luso de acuerdo con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento comunitario, que obliga a los países de la UE a presentar un déficit por debajo del 3%. El anterior, elaborado por el socialista Antonio Guterres, preveía lograr el déficit cero, pero, en la realidad, alcanzó el 4,1% del PIB en 2001, con el consiguiente incumplimiento de los compromisos comunitarios.

El día 24, en el discurso navideño, el primer ministro, José Manuel Durao Barroso, consideró que los portugueses deben mirar al futuro con "optimismo moderado", pero también que la nación vive "el que quizás sea el período más difícil de los últimos 20 años". Desde que tomó posesión, a comienzos de abril, el Ejecutivo de centro derecha convirtió la reducción del déficit en su principal objetivo siguendo la senda de España, y el pasado lunes se confirmó que este año quedará fijado en el 2,4%, por debajo del 3% previsto en el PEC de los países de la zona euro.

Un déficit del 0,5% en 2006

El compromiso asumido por el Gabinete que preside Durao Barroso es llegar a 2006 con un déficit de las cuentas públicas del 0,5% del PIB, y, para ello, cree que debe basarse en la contención del crecimiento del gasto, sobre todo de personal, y en la congelación de algunas partidas de Sanidad y Educación.

El Ejecutivo portugués apostará por un férreo control de las contrataciones públicas, por una fuerte moderación salarial y por una revisión del régimen de evaluación del rendimiento. En cuanto al sector sanitario, las medidas de ajuste prevén que no aumenten las transferencias públicas por encima del 4% anual, en paralelo al estímulo de las rentas propias del sistema de salud y de avances en la eficiencia, mediante una mejor gestión empresarial de los hospitales.

El capítulo educativo registrará un crecimiento nulo de las transferencias para la enseñanza superior, a cambio de un aumento de la eficiencia y de la captación de recursos propios, y se sugiere a este respecto un aumento del precio de las matrículas. Con todo, y pese a aludir a factores de inseguridad externa, -como el eventual encarecimiento del petróleo en caso de guerra con Irak-, Durao Barroso opinó que "puede que en 2003" el país esté "mejor que ahora". El jefe del Ejecutivo luso confió en una recuperación de la economía portuguesa en la segunda mitad del año que viene, pese a la división de opiniones que han demostrado los principales expertos financieros del país.

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