La oposición espera lograr la mayoría de escaños en Kuwait

La participación, del 59,7%, es menor de lo que la crisis política hacía esperar

Los kuwaitíes eligieron ayer una nueva Asamblea Nacional con la que intentan poner fin a la crisis política abierta por las protestas del año pasado. Pero la participación del 59,7% desilusionó a quienes esperaban una participación masiva en los comicios, calificados como "los más cruciales y peligrosos de la historia de Kuwait" por el presidente del Parlamento saliente. La oposición, que defiende cambios constitucionales, confía en obtener una mayoría suficiente de los 50 escaños en liza para neutralizar los 15 reservados a los ministros.

"Sí, esperábamos más participación, pero estamo...

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Los kuwaitíes eligieron ayer una nueva Asamblea Nacional con la que intentan poner fin a la crisis política abierta por las protestas del año pasado. Pero la participación del 59,7% desilusionó a quienes esperaban una participación masiva en los comicios, calificados como "los más cruciales y peligrosos de la historia de Kuwait" por el presidente del Parlamento saliente. La oposición, que defiende cambios constitucionales, confía en obtener una mayoría suficiente de los 50 escaños en liza para neutralizar los 15 reservados a los ministros.

"Sí, esperábamos más participación, pero estamos en medio de las vacaciones de primavera", justifica Saad al Ajmi, editor del diario online Al Aan, uno de los más críticos. Históricamente, la asistencia a las urnas ha rondado el 85%. Pero a partir de 2006 esa tasa cayó por debajo del 65%. Según el catedrático Abullah Alshayji, influyó la escasa respuesta de las mujeres, que pudieron votar desde ese año. Sin embargo, otros analistas lo atribuían a la creciente desilusión con la impotencia de la Cámara y confiaban en que el debate abierto ahora se tradujera en un mayor número de votantes.

Pero a pesar de las tensiones de la campaña, el ambiente en los colegios electorales era relajado, incluso festivo en los destinados a las mujeres. En la escuela Al Waha, en Jahra, uno de los 98 centros de voto distribuidos por el emirato, partidarios de los candidatos tratan de ganar apoyos hasta el final, justo antes de que los electores accedan a las urnas.

"Hay mucho indeciso", explica un prosélito mientras entrega la tarjeta de su candidato, Abu Rumai. "Estamos con la oposición porque queremos más libertad y oportunidades para los jóvenes", explica. No está claro que los votantes tengan muy en cuenta las intenciones políticas (aquí no hay programas porque los partidos no están autorizados).

"Voy a votar a mis dos primos, a un amigo que aprecio mucho y a Ali Salem al Daqbasi", confía F. al E., poniendo de relieve las peculiaridades del sistema kuwaití. Sus parientes son progubernamentales. Sin embargo, los otros dos candidatos están con la oposición que pide reformas constitucionales. Esto, que podría sonar progresista, resulta contradictorio en el caso de Al Daqbasi, quien se opuso a que se extendiera el derecho de voto a las mujeres.

Cada elector puede marcar hasta cuatro casillas de la lista de su circunscripción, y en cada uno de los cinco distritos electorales del emirato se eligen 10 diputados. Se han presentado 287 candidatos. 23 son mujeres.

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Jahra, 32 kilómetros al noroeste de Ciudad Kuwait, es el contrapeso tribal y tradicionalista al estilo cosmopolita y occidentalizado que se respira en el Marina Crescent de la capital. En la escuela Said Hashem (único colegio para mujeres en Jahra), la mayoría de votantes, vocales de mesa e interventoras se cubren con el niqab, el velo que tapa la cara salvo los ojos. Eso exige una maniobra ante la vocal para permitir su identificación sin que el juez que preside la mesa (no hay juezas) les vea la cara.

Tres votantes, frente al único colegio electoral habilitado para mujeres en Jahra.STEPHANIE MCGEHEE (REUTERS)

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