Ajuste en las cuentas municipales

Gallardón recortará 500 millones de gasto en 2012 si no refinancia la deuda

El Ayuntamiento no emprenderá ninguna obra nueva al menos hasta 2015

¿Nunca ha madrugado usted tanto que, duchado o legañoso, ha salido a la calle antes de que pusieran las aceras? Y sin embargo, allí estaban, las aceras, a veces incluso limpias. A esos elfos que las construyen cada noche (y a los que encienden las farolas, riegan los parques o cambian el color de los semáforos) alguien tiene que pagarlos, y ese alguien es el Ayuntamiento (con nuestros impuestos, claro). Para ello, cada año diseña un presupuesto con un capítulo de gastos corrientes. Y de un tiempo a esta parte, cada año le destina menos dinero. Eso se ha notado "algo", según admite, pero nada c...

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¿Nunca ha madrugado usted tanto que, duchado o legañoso, ha salido a la calle antes de que pusieran las aceras? Y sin embargo, allí estaban, las aceras, a veces incluso limpias. A esos elfos que las construyen cada noche (y a los que encienden las farolas, riegan los parques o cambian el color de los semáforos) alguien tiene que pagarlos, y ese alguien es el Ayuntamiento (con nuestros impuestos, claro). Para ello, cada año diseña un presupuesto con un capítulo de gastos corrientes. Y de un tiempo a esta parte, cada año le destina menos dinero. Eso se ha notado "algo", según admite, pero nada comparable a lo que se avecina si se cumple el peor escenario.

En los presupuestos de 2011, el Ayuntamiento aseguraba que este capítulo tiene "especial rigidez" porque "incorpora la financiación de muchos de los servicios y prestaciones que de forma directa reciben los ciudadanos". Es decir, es difícil de tocar porque cualquier variación la sufren los madrileños muy directamente. Por ello, aunque se incluyeron recortes, el grueso se trasladó a inversiones.

Aun en el mejor de los escenarios, la rebaja de gasto alcanzará el 7%
Los ingresos corrientes previstos caen pese a la revisión catastral

Pero ahora allí ya no queda mucho más que podar. Así, en las cuentas de 2012 el Ejecutivo municipal tendrá que adelgazar su gasto corriente en 232 millones (un 7%). Todas las áreas deberán analizar pulgada a pulgada sus previsiones para meter la tijera allá donde sea posible. Pero puede ser peor. El Ayuntamiento ha hecho sus cálculos con la previsión de que el Gobierno central apruebe antes de final de año un cambio legal que le permita aliviar el peso de su abultada deuda. Si no lo consigue, el recorte ascenderá a 500 millones (14%). El primer escenario es duro pero asumible. El segundo obligaría a rebajas de fuerte impacto social.

En 2008, el año en el que la economía mundial se fue al garete casi de un plumazo, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, dedicó una generosa cantidad a inversiones, como llevaba haciendo desde su llegada a la alcaldía en 2004. Ese dinero sufragaba proyectos tan ambiciosos como el soterramiento de la M-30 o Madrid Río, por ejemplo (solo esas dos intervenciones costaron casi 4.100 millones en dos legislaturas).

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Pero llegó la crisis, y el Gobierno municipal no solo no fue capaz de anticiparla, como admite la concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Ana Botella (no fue el único, todo sea dicho, más bien lo contrario), sino que le pilló con el pie cambiado: muchos gastos comprometidos para terminar las obras en marcha, y sobre todo un altísimo nivel de endeudamiento para pagarlas (en 2010, 6.453 millones de euros).

Consecuentemente, el gasto total en inversiones sufrió un fuerte recorte: en 2009 pasó de 964 a 706 millones; un año después, a 547. En 2011 fueron 328 millones (un 40% menos). Y en 2012 serán 264 millones (un 19% menos). Este capítulo de recortes ha llegado prácticamente a su límite, y se mantendrá más o menos en esas magnitudes hasta 2015. En este periodo no se iniciarán obras nuevas, y el escaso dinero disponible se dedicará a terminar las que están en marcha (el mercado de Barceló, por ejemplo). El resto del presupuesto se dedicará a gastos de reposición para evitar que la ciudad se descascarille. En este capítulo entra por ejemplo la operación asfalto (en 2011 costó tres millones), que además se aprovechará para cumplir la promesa electoral de nuevos carriles bici.

Los gastos totales del Ayuntamiento en 2012 apenas caerán con respecto a los de este año: pasarán de 4.542 millones de euros a 4.489, un recorte de alrededor del 1%. Pero esa cifra es engañosa. El gasto no financiero, es decir, el dinero que le cuesta al Ayuntamiento mantener en marcha la ciudad, pasará de 4.248 millones a 3.852 millones, un 9% menos que se añade al 9% menos de 2011. En 2008, antes de la crisis, esa cifra era de 5.032 millones.

Así, lo que distorsiona la cifra de gasto es el pago de la deuda: en 2012 el Ayuntamiento debe amortizar 637 millones, una cantidad que computa como un gasto más, junto a la nómina de los funcionarios o el recibo de la luz de las farolas.

En cuanto a los ingresos, el Gobierno municipal prevé conseguir 4.717 millones, casi un 3% más que los 4.586 millones de 2011, pero lejos de los 5.258 de 2008, antes de la crisis. Esta cifra, en cualquier caso, también tiene truco. Los ingresos corrientes (por impuestos, tasas, etc.) pasarán de 4.499 millones a 4.356 millones, es decir, un 3% menos. Esto pese a la revisión del valor catastral, que permitirá ingresar 127 millones más sin subir el impuesto sobre bienes inmuebles. También caerán las ventas de suelo municipal (de 86 millones a 20, un 76%), porque aunque el Ayuntamiento lo ponga en el mercado, los concursos quedan desiertos.

La cifra de ingresos se ve reforzada por el abono pendiente del traspaso del Canal de Isabel II y por un capítulo que todavía es tan solo una declaración de intenciones. El Ayuntamiento ha solicitado al Gobierno central un cambio en la Ley de Haciendas Locales que le permita pedir prestado dinero para pagar su deuda pendiente. Así calcula obtener 301 millones para refinanciar los vencimientos ordinarios. De esta forma, pese a amortizar en el capítulo de gastos 637 millones de deudas, en el de ingresos añadiría 301 millones nuevos.

Esa operación le permitiría cerrar el presupuesto de 2011 con superávit, 228 millones que enjugarían los 900 que le faltan en tesorería para pagar a los proveedores. Estos cobran ahora sus servicios con hasta nueve meses de retraso (en el caso de la limpieza urbana). Con esta inyección, podría reducirse hasta dos meses el atraso. Así, año a año, en 2015 ya se habrían normalizado los pagos, según las cuentas del Ayuntamiento, que calcula además que habría reducido su deuda un 30% (de los 6.762 de 2009 a 4.740 millones).

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