Los sindicatos de Yamaha denuncian el robo de 'mails'
El juzgado de instrucción número 4 de Sabadell (Vallès Oriental) ha admitido a trámite la querella criminal interpuesta por el Comité de Empresa de Yamaha Motor España y la sección sindical de CC OO contra los directivos de la empresa por, presuntamente, haber ordenado acceder a sus direcciones de correo electrónico y copiar mensajes el pasado 9 de marzo. El objetivo, según los representantes de los trabajadores, era descubrir las fuentes de información de los sindicalistas y su estrategia en el periodo de consultas del expediente de regulación de empleo (ERE).
El ERE fue presentado en ...
El juzgado de instrucción número 4 de Sabadell (Vallès Oriental) ha admitido a trámite la querella criminal interpuesta por el Comité de Empresa de Yamaha Motor España y la sección sindical de CC OO contra los directivos de la empresa por, presuntamente, haber ordenado acceder a sus direcciones de correo electrónico y copiar mensajes el pasado 9 de marzo. El objetivo, según los representantes de los trabajadores, era descubrir las fuentes de información de los sindicalistas y su estrategia en el periodo de consultas del expediente de regulación de empleo (ERE).
El ERE fue presentado en marzo y su objetivo final era cerrar la planta de Palau-solità i Plegamans (Vallès Occidental), donde trabajan 430 personas, para trasladar la producción a una planta francesa. La multinacional japonesa, sin embargo, retiró el ERE el último día del periodo de consultas, a finales de abril, aunque dejó claro que mantiene su intención de cerrar la planta catalana.
Los hechos denunciados podrían constituir un delito de descubrimiento y revelación de secretos, tipificado en el Código Penal. Sus presuntos autores son el entonces consejero delegado de Yamaha Motor España, Hiroshi Tanaka (que ya no ocupa el cargo), el director de recursos humanos, César Ruano, y el de informática, Juan Francisco Sierra.
El abogado del gabinete jurídico de CC OO, Lluís Salvadores, explicó ayer que en marzo dos personas entraron en la fábrica sin identificarse y copiaron los correos "de todos los trabajadores y de los miembros del comité de empresa".