Cartas al director

Los trasplantados, otra vez en la calle

Cuando se acercan los primeros días de junio, las asociaciones de trasplantados salimos a la calle para hacernos visibles y poner de manifiesto dos cuestiones que para nosotros son vitales. Que las personas trasplantadas vivimos gracias a la generosidad altruista y desinteresada de los donantes y que las donaciones son muy necesarias. Son muchas las personas que están en lista de espera y viven con esperanza y temor aguardando la llamada que les salve la vida.

En calles y plazas de nuestro país, a lo largo de estos días, a través de mesas y puestos, las distintas asociaciones nos presen...

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Cuando se acercan los primeros días de junio, las asociaciones de trasplantados salimos a la calle para hacernos visibles y poner de manifiesto dos cuestiones que para nosotros son vitales. Que las personas trasplantadas vivimos gracias a la generosidad altruista y desinteresada de los donantes y que las donaciones son muy necesarias. Son muchas las personas que están en lista de espera y viven con esperanza y temor aguardando la llamada que les salve la vida.

En calles y plazas de nuestro país, a lo largo de estos días, a través de mesas y puestos, las distintas asociaciones nos presentamos dispuestos a informar y divulgar la idea de la donación. Queremos también recoger boletines de donantes, de personas dispuestas a donar sus órganos, si son válidos, cuando hayan fallecido.

La donación es expresión de una sociedad solidaria. Alimentar sentimientos de generosidad y solidaridad siempre es oportuno y, cuando el ánimo está decaído por la crisis, tema de todos los días, la llamada a la solidaridad es aire fresco que nos invita a salir de nuestro letargo.

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Porque además nunca sabemos si vamos a necesitar un órgano o tejido y vamos a entrar en esa lista de espera que aguarda impotente por ese órgano tan importante, necesario y vital. Recogiendo un pensamiento de Khalil Gibran: "Solo se da verdaderamente algo cuando se da algo de sí mismo". La donación es el mejor ejemplo de ello.

Desde estas pocas líneas, un abrazo solidario a tantas personas enfermas y a quienes les acompañan; y un abrazo agradecido a los familiares de los donantes que han hecho y hacen posible que los trasplantes den vida a tantas personas enfermas.

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