Tribuna:Elecciones municipales

Hacia una Barcelona reactivada

Barcelona es hoy un eficaz reclamo turístico. En las últimas décadas, la ciudad ha desarrollado una serie de modelos basados sucesivamente en la reconstrucción, el arreglo, el embellecimiento, la gestión y el marketing. El diseño y la elegancia formal, un oportuno catálogo de franquicias- glamour y coleccionismo de importación han sido los principales instrumentos manejados. Algunas etapas han sido especialmente afortunadas, otras menos

Hoy, a pesar de las dificultades económicas, una nueva etapa puede abrirse para la ciudad y su área metropolitana. El urbanismo puede volv...

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Barcelona es hoy un eficaz reclamo turístico. En las últimas décadas, la ciudad ha desarrollado una serie de modelos basados sucesivamente en la reconstrucción, el arreglo, el embellecimiento, la gestión y el marketing. El diseño y la elegancia formal, un oportuno catálogo de franquicias- glamour y coleccionismo de importación han sido los principales instrumentos manejados. Algunas etapas han sido especialmente afortunadas, otras menos

Hoy, a pesar de las dificultades económicas, una nueva etapa puede abrirse para la ciudad y su área metropolitana. El urbanismo puede volver a constituir un gran horizonte compartido planteado desde procesos de intercambio abiertos y propositivos, lejos de caudillajes unipersonales o de disciplinas unidireccionales.

Hay que adoptar un nuevo urbanismo reactivador e integrador, asociado a un modelo más empático e interactivo

La cuestión ahora no es sólo reconstruir, diseñar o gestionar: se trata de revitalizar. Se trata de impulsar energías productivas e ilusiones colectivas, económicas y espaciales, sociales y culturales. Se trata de pasar de un modelo reconstructivo a otro asociado a un nuevo urbanismo más empático e interactivo: un urbanismo reactivador e integrador, que podríamos llamar de las cinco erres.

Reciclaje urbano: relectura orientada de la trama urbana, rehabilitación y regeneración edificatorias, valorización, protección y conservación patrimonial, sensible a las señas de identidad y a la memoria urbana, pero también abierta a la reestructuración estratégica del tejido y la redefinición reversible de ciertos escenarios deficitariamente planteados.

Renaturalización central: ecoeficiencia energética, factor verde, nuevo tratamiento paisajístico del espacio público, recuperación de ciertas vías como parques lineales, reformulación de algunas calles del Eixample como haces verdes multicuerda, recuperación de Collserola y de sus márgenes como grandes paisajes activos, así como del frente de mar y de los muelles portuarios como nuevos ecobarrios litorales.

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Revitalización económica y social: apuesta emprendedora, apoyo al talento y a la iniciativa, al mecenazgo y a la promoción exterior; impulso de clusters innovativos y sinergia con -y entre- empresas. Estímulo a una estrategia turística cualitativa. Pero, también, conciencia social y ética cívica, apuesta por una cultura relacional sensible a los escenarios de convivencia, a la poética urbana, al placer de vivir, a la fantasía, a los sentidos y los sentimientos.

Reconexión urbana y territorial: conectividad e interacción entre barrios y núcleos urbanos, jerarquización y ponderación de la movilidad, apuesta por la intermunicipalidad y las dinámicas de colaboración estratégica, superación de las endogamias locales, dimensión intermedia de la ciudad y las ciudades en una nueva multiciudad región entrelazada: BCN.CAT, capaz de reafirmar la antigua área metropolitana y de proyectarla más allá de sus antiguos límites, hacia una nueva Cataluña policéntrica en red.

Research: confianza en la investigación y en la prospección, impulso a la experimentación, a los proyectos piloto y a modelos avanzados de excelencia.

Barcelona es hoy una marca reconocida que se afirma como uno de los primeros destinos turísticos mundiales. Es la quinta dream city del mundo, al nivel de París, Londres y Nueva York, en un proceso de reconocimiento de la ciudad como escenario atractivo que debería completarse con un nuevo papel en y hacia el territorio. Sin embargo, la auténtica proyección internacional de un país o de una ciudad no se configura sólo a partir de la simple idea de marca, sino a través de una particular combinación entre calidad ambiental y calidad relacional, calidad espacial y calidad infraestructural, calidad cultural y calidad social, calidad creativa y calidad generativa.

Hoy la ciudad debe proyectarse internacionalmente como un entorno innovador y emprendedor, productivo y creativo; un entorno inductor capaz de generar auténticos referentes para una nueva sociedad del ocio y del conocimiento: de la interacción positiva (con el medio, con la sociedad, con la cultura y la tecnología) y de una nueva convivencia sensible más sostenible.

Manuel Gausa es arquitecto, profesor titular de la Universidad de Génova y vicepresidente del CADS.

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