Crítica:

El circo de Rivette

En una clasificación restrictiva, el cine de Jacques Rivette, el más teórico y el menos conocido en España de los integrantes de la Nouvelle vague, podría dividirse entre sus grandilocuentes piezas de época, base teatral y rígida puesta en escena a base de plano general alargado en el tiempo (de La religiosa a La duquesa de Langeais, pasando por Historia de Marie y Julien), y sus pequeñas películas, herederas de un teatro menos declamatorio y agarrotado, en el que el elemento no realista y una misteriosa trascendencia disfrazada de ligereza hacen acto de apa...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En una clasificación restrictiva, el cine de Jacques Rivette, el más teórico y el menos conocido en España de los integrantes de la Nouvelle vague, podría dividirse entre sus grandilocuentes piezas de época, base teatral y rígida puesta en escena a base de plano general alargado en el tiempo (de La religiosa a La duquesa de Langeais, pasando por Historia de Marie y Julien), y sus pequeñas películas, herederas de un teatro menos declamatorio y agarrotado, en el que el elemento no realista y una misteriosa trascendencia disfrazada de ligereza hacen acto de aparición en un entorno reconocible (de París nous appartient a Vete a saber, pasando por Los locos viajes de Céline y Julie).

EL ÚLTIMO VERANO

Dirección: Jacques Rivette. Intérpretes: Sergio Castellitto, Jane Birkin, André Markon, Julie-Marie Parmentier.

Género: drama. Francia, 2009.

Duración: 84 minutos.

El último verano,nuevo trabajo de Rivette, de 81 años, pertenece sin duda al segundo grupo y nos devuelve la naturalidad expresiva de un artista particularmente dotado para la digresión mágica, la improvisación (los intérpretes nunca conocen el guión completo) y, por qué no, el absurdo. Un absurdo que se cuela por los momentos más brillantes de su última obra, ambientada en un circo, en el que los números de los payasos, filmados con planos fijos, nos trasladan a un universo donde Samuel Beckett y los que aguardaban a Godot resucitan en los personajes de Rivette. Mejor cuanto menos realista (la secuencia inicial, entre Keaton y Jacques Tati; la secuencia final, grandiosa en su fantasía), El último verano es la mejor muestra de la capacidad de riesgo de un hombre que ya no tiene nada que demostrar, y que, por una vez, también ha dejado atrás sus habitualmente excesivos metrajes.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En