Apoyo a la democracia
Que en Occidente nos preocupa más mantener nuestra propia bonanza económica que garantizar una democracia de la que tanto presumimos es algo que ya sabíamos. Seguir dando la espalda a poblaciones que luchan contra la opresión aun y cuando toda la corrupción moral de nuestros Gobiernos ha quedado al descubierto, apoyando a unos regímenes que nos han sido útiles hasta en cosas tan banales como el entretenimiento, es algo que como sociedad democrática no deberíamos permitir.
Es en estos días cuando echo en falta una anulación del Gran Premio de Fórmula 1 de Bahréin por motivos más cercanos...
Que en Occidente nos preocupa más mantener nuestra propia bonanza económica que garantizar una democracia de la que tanto presumimos es algo que ya sabíamos. Seguir dando la espalda a poblaciones que luchan contra la opresión aun y cuando toda la corrupción moral de nuestros Gobiernos ha quedado al descubierto, apoyando a unos regímenes que nos han sido útiles hasta en cosas tan banales como el entretenimiento, es algo que como sociedad democrática no deberíamos permitir.
Es en estos días cuando echo en falta una anulación del Gran Premio de Fórmula 1 de Bahréin por motivos más cercanos al sufrimiento de ese pueblo. Pero el ruido de los motores parece no dejarnos escuchar el sonido de la represión. Qué sería del automovilismo y de todos nosotros sin el oro negro. Y es que da la sensación de que algunos querrían poner en su propia boca (aunque nunca lo harían por ser políticamente incorrecto) un sucedáneo de aquella inapropiada frase: ojalá se acaben pronto las protestas para que la fórmula 1 pueda regresar a Bahréin.- Naiara Romero Sánchez. Bilbao, Vizcaya.
Ahí está Gadafi desafiando a los que están hartos de él, mirando a la cámara como quien mira al enemigo. ¿Y Europa? A remolque, que es lo fácil. ¿Para cuándo una protesta en firme por todos esos dictadores que pisan países y ciudadanos? Eso sería lo difícil, lo digno, lo arriesgado.
Pero Europa seguirá haciendo el ridículo diciendo que lamenta y condena las víctimas libias de los bombardeos pero suplicando en silencio que Gadafi se tranquilice porque, no nos engañemos, a nuestros Gobiernos les importa más el precio del oro negro.- Carlos Díaz. Alicante