Reportaje:MADRID INVENTA SU MODELO | ORDENADORES A VARIAS VELOCIDADES

Más de 380.000 alumnos frente a una pizarra digital

La región rechazó el plan estatal "por carecer de evaluación"

Los 24 niños de 2º de Primaria fijan la vista en el juego interactivo. Toca clase de inglés en el colegio público Calvo Sotelo. Han salido tres a la pizarra, un modelo táctil con un tablero del 3 en raya proyectado. Los niños mueven las fichas con la mano cuando aciertan una pregunta. "Who wants to play?", pregunta la maestra. Todos levantan la mano. En este colegio, como en otro millar de centros de la región [778 colegios, 23 centros especiales y la mitad de los institutos, 155] más de 380.000 alumnos aprenden cualquier asignatura con pizarra digital.

La Consejería de Ed...

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Los 24 niños de 2º de Primaria fijan la vista en el juego interactivo. Toca clase de inglés en el colegio público Calvo Sotelo. Han salido tres a la pizarra, un modelo táctil con un tablero del 3 en raya proyectado. Los niños mueven las fichas con la mano cuando aciertan una pregunta. "Who wants to play?", pregunta la maestra. Todos levantan la mano. En este colegio, como en otro millar de centros de la región [778 colegios, 23 centros especiales y la mitad de los institutos, 155] más de 380.000 alumnos aprenden cualquier asignatura con pizarra digital.

La Consejería de Educación ha invertido ocho millones para repartir dos pizarras por centro y formar con cursillos de 20 horas a 12.000 profesores, que serán 15.000 más este curso. Pero no ha entregado ni un solo portátil.

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Madrid, Murcia y la Comunidad Valenciana (todas del PP) rechazaron implantar el programa estatal Escuela 2.0, que incluye ordenadores y también pizarras digitales, y perdieron los fondos previstos. Madrid renunció a 11 millones de euros del Estado en 2009 (que debían completar con otros 11 propios) más la porción de seis millones a repartir entre las comunidades aprobada el pasado diciembre. Sus argumentos son el reducido tamaño de los portátiles -a los que achacaron problemas ergonómicos y de la vista- y que el modelo no cuenta con un programa de seguimiento y evaluación. "Los proyectos hay que extenderlos poco a poco, no se pueden universalizar sin rodarlos bien antes ni dar café para todos", señala Jesús Valverde, viceconsejero de Organización Educativa. Valverde asegura que "el éxito" del programa madrileño fue probarlo primero en un número reducido de centros y, sobre todo, en motivar a los profesores. "Son ellos los que tienen el papel fundamental", señala.

La directora del Calvo Sotelo, Pilar Cabeza, explica en el aula de 2º que las pizarras "motivan a los niños y dan mucho juego a los profesores". Añade que usan contenidos de la Red y de editoriales, pero el 80% de los materiales son propios. "Esto engancha", asegura Cabeza. En la pizarra un niño acaba de completar el 3 en raya.

Aula de 2º de Primaria del colegio Calvo Sotelo, en Madrid.ÁLVARO GARCÍA

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