La crisis del euro | La reacción de los inversores

Europa aguanta el tipo tras el tercer asalto de los mercados

La deuda corporativa española encaja mejor la presión que el Estado - El riesgo irlandés se dispara pese al ajuste

La buena noticia de ayer es que las cosas no van a peor. La mala, que continúan en niveles insoportables. Tras dos días en los que las turbulencias han colocado a Portugal y España al borde del abismo, la prima de riesgo de estos dos países se ha quedado cerca de los niveles del martes. Además, la subida de las Bolsas contribuyó a diluir la máxima tensión reinante. Pero parece evidente que es imprescindible no bajar la guardia y que cualquier chispa puede encender el incendio que ponga de nuevo en jaque a toda la zona euro.

La canciller alemana, Angela Merkel, encendió una cerilla al re...

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La buena noticia de ayer es que las cosas no van a peor. La mala, que continúan en niveles insoportables. Tras dos días en los que las turbulencias han colocado a Portugal y España al borde del abismo, la prima de riesgo de estos dos países se ha quedado cerca de los niveles del martes. Además, la subida de las Bolsas contribuyó a diluir la máxima tensión reinante. Pero parece evidente que es imprescindible no bajar la guardia y que cualquier chispa puede encender el incendio que ponga de nuevo en jaque a toda la zona euro.

La canciller alemana, Angela Merkel, encendió una cerilla al reclamar la implicación de los acreedores privados en la resolución de las crisis financieras. A las claras: que si algún país se ve obligado a reestructurar su deuda, los inversores también tendrán que pagar el pato. El diferencial del bono español volvió a encaramarse a niveles máximos desde la creación de la moneda única. Por la mañana rozó los 249 puntos básicos (2,49 puntos porcentuales), pero a lo largo del día se relajó en torno a los 235, muy cerca de donde estaba el día anterior. Esto significa que mientras Alemania ofrece una rentabilidad del 2,7% para financiarse a 10 años, España tiene que pagar casi el doble, un 5%. Peor está Portugal, con una prima en torno a los 430 puntos.

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La histeria con la que está reaccionando la deuda soberana ante el rescate irlandés no se ha contagiado por ahora a las grandes empresas españolas que se financian en los mercados internacionales. Hasta tal punto es así que al Tesoro le salen más caros los bonos que a empresas como Telefónica o Santander. El Estado paga un diferencial frente al swap -contrato de préstamo interbancario- de 154 puntos básicos en el bono a cinco años, mientras que la compañía que preside César Alierta ofrece 114; y el banco de Emilio Botín, 138. Sorprende que los inversores atribuyan más riesgo a la deuda soberana que a la de empresas privadas de ese mismo país.

"Repsol, Red Eléctrica o Telefónica no están sufriendo el castigo del mercado. Pero tampoco salen a financiarse en estos momentos de fuerte incertidumbre. Los bancos, que están avalados por el Tesoro, se están viendo más perjudicados, pero en cualquier caso no tanto como la deuda soberana", explica Miguel Arregui, de Analistas Financieros. Un síntoma de que el contagio a las empresas podría producirse es que sus seguros de impago o CDS se han disparado en los últimos días. El seguro por cada 10 millones de deuda del BBVA cuesta ahora 245.000 dólares; y 230.000 el del Santander. Pero ambos siguen por debajo de los récords que alcanzaron en junio.

Tras perder un 5,6% entre lunes y martes, la Bolsa española subió ayer un 0,5%, lejos de las fuertes ganancias de otros índices europeos. Pero mientras España y Portugal aguantaron el tirón, el anuncio de un durísimo plan de ajuste no sirvió para que la situación mejorara en Irlanda. La prima de riesgo del nuevo enfermo de Europa sigue desbocada, en 615 puntos básicos, cuando el día anterior se había quedado en torno a los 585. A esto contribuyó el anuncio de que Standard & Poor's le rebaja la calidad de la deuda dos escalones, de AA- a A con perspectiva negativa.

Con dos países que ya han pedido ayuda financiera, otros dos sobre los que se especula que puedan ser los siguientes, y un quinto -Italia- al que algunos ya empiezan a apuntar, la situación dista mucho de haberse solucionado. Así lo resume el catedrático Santiago Carbó: "Ya no depende ni de Irlanda ni de las medidas que tome un país individualmente. Es importante que España no pierda ni un minuto en las reformas de pensiones y del sector financiero. Pero también es imprescindible que la UE aclare el modelo económico y de disciplina fiscal. En este sentido, es una buena noticia que el Banco Central Europeo se esté replanteando no retirar las medidas extraordinarias. Es absolutamente imprescindible que se involucre en la estabilidad financiera y que compre deuda de los países con dificultades para mostrar su apoyo al proyecto europeo".

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