"La ley de la selva es mucho peor que los impuestos"
Cuando tenía 27 años, a Francisco de la Torre un tipo se le presentó en el despacho con su mujer y sus seis hijos y clamó porque no le empapelara por haber convertido su taller de reparación en algo parecido a una fábrica de celulosa -de facturas falsas-. Si lo hacía, tendría que cargar con la culpa de provocar que este hombre volviera al negocio del tráfico de drogas, un mundo del que había salido para dedicarse a su peculiar negocio de las reparaciones, tras recibir, según relataba, una llamada divina.
Un inspector de Hacienda las ve de casi todos los colores y sabe bien que lo...
Cuando tenía 27 años, a Francisco de la Torre un tipo se le presentó en el despacho con su mujer y sus seis hijos y clamó porque no le empapelara por haber convertido su taller de reparación en algo parecido a una fábrica de celulosa -de facturas falsas-. Si lo hacía, tendría que cargar con la culpa de provocar que este hombre volviera al negocio del tráfico de drogas, un mundo del que había salido para dedicarse a su peculiar negocio de las reparaciones, tras recibir, según relataba, una llamada divina.
Un inspector de Hacienda las ve de casi todos los colores y sabe bien que los pecados de las arcas públicas no entienden de condición social: defrauda el señor que pregunta: "¿Lo quiere pagar con IVA o sin IVA?"; el que lleva una contabilidad de años en una bolsa de plástico llena de facturas o las grandes fortunas que esconden dinero en paraísos fiscales.
El portavoz de los inspectores de Hacienda ha visto fraudes insólitos
De la Torre relata alguna anécdota anónima en mangas de camisa, en la terraza de un hotel de Madrid, un poco antes de almorzar. Número uno de su oposición en el año 1999, el administrador de una agencia más joven de España, en Reus, a los 28 años, De la Torre se muestra especialmente molesto con el fraude de alto standing: "Habría que reflexionar: ¿qué está pasando para que a partir de cierto nivel de riqueza se considere normal sacar el dinero del país?", suelta desde la azotea, rodeado de edificios administrativos y de negocios. "Hay una carga moral en el pago de impuestos", recalca.
¿Y qué le parece esa subida de impuestos a las rentas altas que acaba de aprobar el Gobierno? "Pues que afecta a las rentas del trabajo y deja fuera las grandes fortunas. Incluye a los directivos, pero con los bonus (incentivos que cobran) es distinto...". En el ámbito fiscal, "cada vez es más difícil establecer el límite de quién es rico".
La asociación de la que es portavoz, la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado, se quejó del "escandaloso trato de favor" que, en su opinión, supuso la reacción del fisco ante el caso de las 3.000 cuentas en Suiza de titulares españoles con más de 6.000 millones de euros en su haber. Hacienda optó por pedir la regularización voluntaria de esas cantidades en lugar de remitir los casos directamente a los tribunales, aunque aseguró que no se trata de una "amnistía fiscal", ya que no excluye sanciones futuras si se demuestra la intención de engañar al fisco.
De la Torre ha visto más de 500 sociedades registradas en un mismo domicilio, montones de ellas en las que solo existe un apartado de correos e incluso algún espabilado que llegó a poner como señas de empresas fantasma la dirección de la propia Agencia Tributaria en Barcelona. Y, de repente, se pone serio: "Puede parecer gracioso, pero no lo es. Ni todo ese dinero se recupera nunca ni esa gente lo pagará en la cárcel".
Aparte de la pequeña subida a las rentas altas, el Gobierno ha eliminado este año la devolución de los 400 euros en el IRPF y limitado aquella ley Beckham para las rentas altas, además de la subida del IVA. "Tú puedes estar en desacuerdo con los impuestos y protestar por ello, la ley puede ser injusta, pero la ley de la selva es mucho más injusta. El precio por no estar en la selva son los impuestos. Si se quiere, se pueden pedir impuestos low cost, pero no se puede pedir el no cost".