El tijeretazo en la limpieza

Desde que el pasado 26 de mayo el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, anunciase un recorte generalizado del 15% en los contratos de servicios públicos, las empresas concesionarias de la recogida de residuos, de la limpieza viaria y de jardinería asumieron que se avecinaba una negociación difícil. Cuatro meses después, la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, por fin ha podido concretar cómo se va a materializar el ahorro.

- Recogida de residuos. Fue el primer servicio con el que se especuló y el más complicado de negociar, según asumieron los responsables municipales. En un p...

Desde que el pasado 26 de mayo el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, anunciase un recorte generalizado del 15% en los contratos de servicios públicos, las empresas concesionarias de la recogida de residuos, de la limpieza viaria y de jardinería asumieron que se avecinaba una negociación difícil. Cuatro meses después, la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, por fin ha podido concretar cómo se va a materializar el ahorro.

- Recogida de residuos. Fue el primer servicio con el que se especuló y el más complicado de negociar, según asumieron los responsables municipales. En un principio, la concejal de Medio Ambiente adelantó que para alcanzar los 26,5 millones de euros que exigía el ajuste del 15%, la recogida de basuras se eliminaría los domingos y festivos.

Mientras se sucedían las negociaciones entre el Ayuntamiento y FCC, la empresa que presta el servicio por 177 millones de euros anuales, esta anunció que los ajustes supondrían el despido de 120 de trabajadores. Fue entonces cuando los sindicatos anunciaron una huelga indefinida para el 21 de junio, paro que nunca llegó a materializarse.

La amenaza funcionó y el Ayuntamiento redujo el ajuste a un 13% y pactó otros recortes para evitar que ningún trabajador se quedase en la calle. Finalmente, tras 12 horas de intensa negociación, los empleados aceptaron la congelación de sus salarios durante dos años y la eliminación de los ascensos a los conductores. Además, la recogida de envases se redujo a tres días por semana y se eliminó el servicio de recogida nocturna mensual de muebles y enseres.

- Limpieza viaria. El pasado miércoles Ana Botella detalló las medidas de ajuste que se aplicarían en este servicio y los perjuicios que implicarán se notarán enseguida. De momento, durante el otoño, se ha suspendido la campaña oficial de recogida de la hoja. Tampoco se contratará la de Navidad prevista ante las nevadas de diciembre y enero.

El servicio se resiente especialmente durante el verano, porque los turnos de vacaciones durante los meses de julio, agosto y septiembre no se sustituyen. Y con el tijeretazo, la renovación de los vehículos y medios mecánicos de limpieza se retrasará el máximo posible, hasta que estos dejen de funcionar.

Por si fuera poco, las papeleras, testigos de la suciedad que afecta principalmente al distrito de Centro, se limpiarán menos, aunque la concejal del área no concretó con qué frecuencia lo harán.

- Conservación de jardines. Solo en jardinería el Ayuntamiento de Madrid debe 65 millones de euros, de los que siete se corresponden únicamente a los intereses por el retraso en el pago, según denunció hace un par de meses Aselid para justificar los despidos que se abordarían en los próximos meses. Tampoco se hicieron esperar, ese mismo mes se anunció el despido de 12 jardineros que estaban encargados del mantenimiento del arbolado.

En el caso de la conservación de zonas verdes, Botella anunció que no se haría cargo de las pequeñas reparaciones que necesitasen los jardines. A lo que se sumará el abandono de flores, praderas y zonas terrizas porque se va a disminuir su plantación y renovación.

Igual que en el servicio de limpieza viaria tampoco se sustituye a los empleados que estén de vacaciones durante julio, agosto y septiembre.