El fiscal no halla pruebas de que los grandes fuegos fuesen intencionados

El ministerio público contradice la versión de la Xunta sobre el incendio de Fornelos

Siguen siendo un misterio las causas y la autoría de los tres mayores incendios de este verano en Galicia, incluido el de Fornelos de Montes (Pontevedra), en el que murieron dos brigadistas mientras intentaban apagar unas llamas que arrasaron el 12 de agosto un total de 95 hectáreas. Ni siquiera hay pruebas de que fueran intencionados ni ese fuego, ni el registrado a finales del pasado mes en Laza (Ourense), el mayor del verano con 1.715 hectáreas quemadas, ni el de Boiro (A Coruña) a mediados de agosto con 551,5 hectáreas.

Así lo revela el detallado informe de la Fiscalía Superior de G...

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Siguen siendo un misterio las causas y la autoría de los tres mayores incendios de este verano en Galicia, incluido el de Fornelos de Montes (Pontevedra), en el que murieron dos brigadistas mientras intentaban apagar unas llamas que arrasaron el 12 de agosto un total de 95 hectáreas. Ni siquiera hay pruebas de que fueran intencionados ni ese fuego, ni el registrado a finales del pasado mes en Laza (Ourense), el mayor del verano con 1.715 hectáreas quemadas, ni el de Boiro (A Coruña) a mediados de agosto con 551,5 hectáreas.

Así lo revela el detallado informe de la Fiscalía Superior de Galicia sobre la oleada de fuegos registrados entre el 1 de agosto y el pasado 5 de septiembre. Una exhaustiva recopilación de datos recabados por las fuerzas de seguridad que echa por tierra las conclusiones de la Xunta en el caso de Fornelos de Montes. Los conselleiros de Medio Rural y de Presidencia denunciaron "la clara intencionalidad "de ese fuego, al que el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, le añadió en una declaración institucional el agravante de "nocturnidad y alevosía". Para la Xunta, comenzó en tres focos simultáneos prendidos con un mechero, por lo que concluyó que era la acción de un incendiario al que denominó "asesino potencial".

El fiscal también carece de pruebas sobre los fuegos de Laza y Boiro

Pero tanto el atestado de la Guardia Civil como la Fiscalía desmienten la teoría del Gobierno gallego. Se desconoce el punto en el que comenzó el fuego, y aunque la investigación continúa planteando como hipótesis más probable que fuese intencionado, tampoco hay pruebas de que así sea. En cuanto al hombre detenido por este incendio, sigue imputado pero quedó en libertad porque ni la Fiscalía, ni los letrados de la Xunta solicitaron su ingreso en prisión, subraya el ministerio público.

Otro tanto ocurre con el fuego de la parroquia de Cures, en Boiro, el segundo más extenso del verano. No hay certeza de que fuese intencionado, ni se conoce su autoría. El vecino que pasó 48 horas en comisaría fue detenido "porque se le atribuyó erróneamente la autoría" de ese incendio, cuando en realidad es sospechoso de haber provocado, tres días después, un pequeño fuego que afectó a 0,07 hectáreas en una zona próxima aunque sin ninguna relación con el que arrasó 551,5 hectáreas, admite la Fiscalía.

Y en Laza, donde un enorme incendio bordeó el parque protegido de O Invernadeiro, también continúan las investigaciones judiciales y policiales "sin que en estos momentos sea posible dar datos que evidencien autoría o intencionalidad". Los tres mayores fuegos forestales de este verano forman parte de ese 24% de incendios en los no es posible determinar que fueran provocados. El fiscal superior, Carlos Varela, reconoció ayer que cuanto más tiempo pasa, más difícil es encontrar indicios o pruebas para resolver el origen de esos fuegos. Incluso en ese 65% de los fuegos de este agosto que sí "parecen intencionados, es muy difícil hablar de que objetivamente lo sean".

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Solo seis detenidos están en la cárcel

"Ausencia de fenómenos extraños a otras campañas". Es la principal conclusión del informe de la Fiscalía Superior de Galicia sobre los incendios del verano, en el que se registraron 1.834 fuegos en 36 días. Unas cifras lejos del agosto negro de 2006, o de los ocurridos en el espacio de solo 12 días en 1998 (3.080) y los cinco primeros años de esta década.

"Hubo la sensación de que había una dinámica incendiaria como la de 2006, pero no fue así", recalcó el fiscal especializado en Medio Ambiente, Álvaro García Ortiz, pese a la alarma que generó la muerte de dos brigadistas en Fornelos o los desalojos de vecinos cercados por las llamas. Fueron muchos y variados. Y las causas más frecuentes son negligencias provocadas, por este orden, por la limpieza de matorrales o quema de residuos forestales, el ahuyentamiento de jabalíes, una colilla mal apagada o en ocho casos restos de artefactos de pirotecnia utilizados para las fiestas patronales.

No se detectó "indicio ninguno de delincuencia organizada, ni intereses económicos, ni intención de afectar a vías de comunicación o infraestructuras". "Se vuelve a constatar que los tres elementos del imaginario popular sobre la causa de los incendios, como son la madera, el urbanismo y la economía del fuego, no estuvieron presentes en la comisión de los delitos".

El perfil de los detenidos e imputados (96 en lo que va de año) es "clásico", destacó el fiscal superior, Carlos Varela. Y como ya es habitual, reseñó las dificultades de determinar el punto de inicio de los fuegos o lograr "pruebas de calidad" para condenar a los incendiarios. De hecho, solo seis están en prisión, cinco cumpliendo una pena y uno de forma preventiva. Otras cinco personas condenadas por prender fuego al monte están internadas en el psiquiátrico de Conxo en Santiago. La mayor parte de los 14 detenidos este verano por provocar un incendio están libres tras comprobarse que sufren trastornos mentales, que pretendían asustar a los jabalíes o que provocaron el fuego por conflictos vecinales de lindes. Un peón forestal detenido tras incendiar un monte de Mondariz se confesó culpable y es sospechoso de provocar otros.

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