Análisis:Extra

Entre confrontación y modernización

Talka es una palabra terrible. Es una onomatopeya del ruido que hacen los cuernos de los carneros al pelear, y con semejante lindeza recibieron los sindicatos nacionalistas de la enseñanza al nuevo equipo gestor de la consejería de Educación en mayo de 2009. "Talka emango diogu": una huelga general a modo de bienvenida y un tajante rechazo al Acuerdo Regulador, únicamente firmado por Comisiones Obreras (CC OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), dan idea del grado de ideologización de unos sindicatos dolidos por perder el bastión desde donde pretendían reeuskaldunizar al pa...

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Talka es una palabra terrible. Es una onomatopeya del ruido que hacen los cuernos de los carneros al pelear, y con semejante lindeza recibieron los sindicatos nacionalistas de la enseñanza al nuevo equipo gestor de la consejería de Educación en mayo de 2009. "Talka emango diogu": una huelga general a modo de bienvenida y un tajante rechazo al Acuerdo Regulador, únicamente firmado por Comisiones Obreras (CC OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), dan idea del grado de ideologización de unos sindicatos dolidos por perder el bastión desde donde pretendían reeuskaldunizar al país y solidificar sus mitos históricos y culturales. El nuevo equipo iniciaba su andadura con un 76% del presupuesto ya gastado por el equipo anterior y con todo un entramado de leyes y normativas por deshacer para evitar que el currículo y los desvaríos lingüísticos gestionados por Eusko Alkartasuna (EA) entraran en vigor.

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Pese a todo ello, el balance de los responsables de la consejería es satisfactorio. Ha funcionado la gestión y el curso ha empezado con los profesores en sus puestos, las demandas familiares de centro y modelo lingüístico satisfechas al 95%, con menos interinidad gracias a las últimas Ofertas Públicas de Empleo (OPE) y con un grado nunca antes conocido de estabilidad en los equipos directivos, voluntarios y comprometidos con un proyecto educativo para tres o cuatro años gracias a los incentivos firmados en el citado Acuerdo Regulador.

A quienes desconozcan el mundo educativo puede parecer una cuestión menor el papel de los equipos directivos, pero para muchos son el eje que muchas veces desequilibra la calidad de la enseñanza pública frente a la concertada. Cuando la gente ocupa los cargos directivos bajo presión o para conseguir méritos para cambiar de destino cuanto antes, se hace muy difícil estabilizar el clima de trabajo, convivencia e innovación necesarios para que los centros funcionen bien.

Porque el dinero no lo es todo. Prueba de ello son los mediocres resultados obtenidos por la comunidad autónoma vasca en la prueba de competencias básicas en alumnos de 4º de Primaria (9-10 años) realizada el pasado mayo por el Ministerio de Educación. Pese a ser la autonomía que más gasta por alumno de enseñanza no universitaria (9.835 euros frente a una media española de 6.207), los resultados dejaban mucho que desear. Los expertos lo atribuyen a la imposibilidad de comparar sistemas educativos monolingües y bilingües con los mismos parámetros, pero no deja de ser un toque de atención. También en el último informe de la OCDE, de septiembre de 2009, se insistía en que no son los países con más horas lectivas los que obtienen mejores resultados en Ciencias, sino los que más trabajan en equipo, con profesores capaces de sostener ritmos distintos del alumnado y de fomentar su colaboración.

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En este sentido, el éxito del programa Eskola 2.0. para fomentar las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) puede no depender tanto del dineral que se están gastando en pizarras digitales y en ordenadores portátiles para los alumnos, como de la capacidad para formar, estimular y conseguir que el profesorado sepa sacarles partido. Asimismo, y para combatir el fantasma que atraviesa la escolarización obligatoria, el famoso "fracaso escolar", además del dinero necesario para clases de refuerzo y desdobles, se necesitan recursos que no se miden en millones: tutorías más personalizadas, más contacto con las familias, mejor uso de la autonomía de los centros para desarrollar proyectos educativos de bibliotecas, mediación, radio, vínculos con el entorno, huertos escolares, iniciativas artísticas y musicales y tantos otros recursos de aprendizaje que ahora se infrautilizan.

Para fomentar todas estas iniciativas es para lo que es capital contar con equipos directivos ilusionados y estables. porque de ellos depende en mucha medida el clima de convivencia de los centros. A este respecto, la avanzada edad de los docentes vascos -no hubo oposiciones, savia nueva, entre 1994 y 2003- es un hándicap para desarrollar los dos proyectos principales de la consejería: superar la eterna polémica sobre euskera y castellano, dando al inglés la presencia que las nuevas generaciones demandan -40 centros de la comunidad participan en el Marco de Educación Trilingüe (MET) y se han puesto en marcha barnetegis en inglés y cursos gratuitos el pasado julio para alumnos de 4º de la ESO/DBH-, y, en segundo lugar, impulsar la ciencia y la investigación promoviendo la excelencia de los bachilleres a través de becas para olvidar los tiempos de la "igualación a la baja", apoyando proyectos de excelencia internacional para la Universidad del País Vasco (UPV), como Euskampus, y elaborando un nuevo plan de Formación Profesional para que ésta siga siendo la referencia de calidad a nivel estatal.

Dejo para el final la mención al nuevo currículo y al espacio que en la Educación para la Ciudadanía se ha asignado al Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia aprobado por el Gobierno vasco el pasado junio, tras una intensa polémica política y mediática.

La carga simbólica que tiene este tema en Euskadi ha desproporcionado su alcance educativo, por lo que de la capacidad de los equipos directivos, de los sindicatos y de la comunidad educativa en su conjunto para convertirlo en un instrumento de convivencia auténtica que deje atrás los tiempos de la estéril confrontación ideológica puede depender que el sistema educativo vasco desarrolle amable y eficazmente las inmensas potencialidades de nuestros niños y jóvenes. Ojalá.

Vicente Carrión Arregui es profesor de Filosofía.

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