El pinchazo inmobiliario en EE UU recrudece la tensión en los mercados

Standard & Poor's rebaja la calificación a Irlanda por las ayudas a los bancos

La crisis empezó hace ya tres años con la explosión de la burbuja inmobiliaria en EE UU y de ese reventón sigue saliendo aire: la venta de vivienda nueva cayó a un ritmo superior al 12% en julio en el mercado estadounidense y ese dato bastó ayer para reforzar los temores a una recaída en la recesión en aquel lado del Atlántico. Y en este: a pesar de que en Europa los datos negativos no se esperan hasta el otoño, la desconfianza empieza a calar. Las Bolsas europeas y las asiáticas cerraron ayer de nuevo a la baja. Y las asiáticas, con las dudas sobre Japón ante la apreciación del yen.

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La crisis empezó hace ya tres años con la explosión de la burbuja inmobiliaria en EE UU y de ese reventón sigue saliendo aire: la venta de vivienda nueva cayó a un ritmo superior al 12% en julio en el mercado estadounidense y ese dato bastó ayer para reforzar los temores a una recaída en la recesión en aquel lado del Atlántico. Y en este: a pesar de que en Europa los datos negativos no se esperan hasta el otoño, la desconfianza empieza a calar. Las Bolsas europeas y las asiáticas cerraron ayer de nuevo a la baja. Y las asiáticas, con las dudas sobre Japón ante la apreciación del yen.

La Bolsa española fue la peor de Europa. El Ibex cedió el listón de los 10.000 puntos, el 1,57%, y volvió a los niveles de julio. El reguero de malos datos precipitó las caídas: además de la vivienda norteamericana, la rebaja de la calificación a Irlanda por la agencia Standard & Poor's por las ayudas a los bancos, las menores exportaciones japonesas por quinto mes consecutivo y una serie de muescas adicionales que en otra tesitura no significarían apenas nada, pero que con el desasosiego que empieza a calar en los mercados trae una lluvia de números rojos.

Sigue la presión para que el Banco de Japón actúe y se deprecie el yen

Porque el mapamundi de las Bolsas se tiñó ayer, de nuevo, de ese color. Tokio y las Bolsas chinas se dejaron en torno al 1,5%, los parqués europeos en torno a un 1% y Wall Street abrió a la baja para después ir recuperándose y cerrar con un mínimo ascenso. "Los riesgos de una segunda recesión han pasado de ser una posibilidad a un motivo de seria recuperación", señaló John Lonski, economista jefe de Moody's.

El panorama se aclarará a partir de mañana y hasta el sábado en Jackson Hole, en Wyoming, en el tradicional aquelarre de banqueros centrales que se celebra cada año en ese enclave en medio de las Montañas Rocosas. La Reserva Federal -la Fed, el banco central estadounidense- y su homólogo europeo darán a conocer allí sus perspectivas y alguna pista sobre sus estrategias ante el cambio de viento, para mal, en las grandes economías mundiales.

Jim O'Neill, economista jefe de Goldman Sachs -el más influyente banco de inversión estadounidense- adelantó ayer que los "decepcionantes" datos macroeconómicos -los relativos a la vivienda más la caída de las ventas de bienes duraderos- obligan a Ben Bernanke, presidente de la Fed, a una nueva ronda de compra de deuda pública e inyecciones de liquidez. El banco central ve riesgos de deflación en EE UU, y el FMI lleva meses incluyendo en esa posibilidad -caída del nivel de precios- a economías europeas como la irlandesa y la española, amén de la japonesa, que lleva 15 años flirteando con esa situación.

La tensión ha vuelto, y no solo a la Bolsa: también a la deuda pública -con nuevas caídas en la rentabilidad de los bonos alemanes y estadounidenses, en los que se refugian los inversores-, a los mercados de materias primas -el petróleo proseguía ayer su tendencia bajista de las últimas semanas- y sobre todo al mercado de divisas, con nuevas presiones sobre el Banco de Japón para que inyecte yenes ante la fenomenal escalada de esa moneda.

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