Un incendio se ceba en el corazón del Parque Natural del Xurés

No se alcanzaba a ver el final del desolador panorama del monte calcinado

La localidad ourensana de Riocaldo, en pleno corazón del Xurés -zona de cría de águilas reales y de gran valor patrimonial por sus miliarios y su vía romana- fue ayer pasto de las llamas. Un incendio originado a mediodía atravesó la montaña y se desplazó, azuzado por el viento, hacia los pueblos de Sáa, Delás y A Regada, todos ellos en la zona del Parque Natural del Xurés, en la Baixa Limia. La Guardia Civil ordenó el desalojo de los vecinos de estos núcleos y cortó la carretera de Portela do Home que conduce a Portugal.

Ayer había feria grande en Lobios, municipio al que pertenecen las...

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La localidad ourensana de Riocaldo, en pleno corazón del Xurés -zona de cría de águilas reales y de gran valor patrimonial por sus miliarios y su vía romana- fue ayer pasto de las llamas. Un incendio originado a mediodía atravesó la montaña y se desplazó, azuzado por el viento, hacia los pueblos de Sáa, Delás y A Regada, todos ellos en la zona del Parque Natural del Xurés, en la Baixa Limia. La Guardia Civil ordenó el desalojo de los vecinos de estos núcleos y cortó la carretera de Portela do Home que conduce a Portugal.

Ayer había feria grande en Lobios, municipio al que pertenecen las localidades afectadas, al pie del parque natural, y los medios terrestres de lucha contra incendios tuvieron serias dificultades para acceder al primer punto del fuego. Con los pueblos llenos de turistas, de emigrantes retornados y vecinos, la feria tenía una afluencia multitudinaria y ocupaba el camino por el que debían acceder las brigadas. Fue necesario levantar algunos puestos de venta y retirar los camiones de los feriantes para abrir paso a los equipos de extinción.

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Las llamas destruyeron un pajar en Sáa y afectaron a dos hórreos, según informó la Subdelegación del Gobierno en Ourense. Además acabaron con una explotación colmenera (150 colmenas) y con plantaciones de árboles autóctonos. El gran despliegue de medios aéreos (varios hidroaviones, tres helicópteros, una unidad de vigilancia aérea y los hidroavianes Antela) evitó que el fuego llegara a las viviendas.

Cuando el incendio de Sáa se dio por controlado, el viento desplazó las llamas hacia las localidades próximas de Delás y A Regada, en donde dos bulldozer realizaron varios cortafuegos. Pero fue en Riocaldo en donde el fuego alcanzó dimensiones preocupantes.El panorama de monte calcinado era desolador, sin que se alcanzara a ver el principio y el final. Fuentes de las brigadas contra incendios confirmaron a EL PAÍS que, considerando la alarma, los hidroaviones Antela realizaron varias descargas de agua con retardante (un caro elemento químico que tiñe el agua de rojo y provoca que se evapore a 400 grados, en lugar de hacerlo a 100, con lo que su eficacia para aplacar el fuego es mayor).

Mientras los medios de extinción trabajaban a destajo contra los distintos focos en el corazón del parque natural, la Consellería do Medio Rural adelantaba que, "según las primeras estimaciones provisionales, la superficie afectada supera las 20 hectáreas", aunque el mismo comunicado añadía que en la jornada de hoy se facilitaría una mayor aproximación sobre el terreno afectado. Sin embargo, a la misma hora, fuentes de los servicios contra incendios destacados en la zona calculaban en más de un centenar las hectáreas devastadas por el fuego.

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"Esto se parece a 2006". El seco y caluroso mes de julio, junto con las previsiones para esta semana, dejan a Galicia en una situación meteorológica similar a la de hace cuatro años, cuando en las dos primeras semanas de agosto los incendios arrasaron más de 77.000 hectáreas. La comparación sale de la científica Tarsy Carballas, que, desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Santiago, diseñó con su equipo un sistema de predicción de incendios adaptado a la realidad de Galicia. La Xunta y el Seprona disponen del modelo, que utilizan para vigilar las zonas que se encuentren en alto riesgo.

La predicción se elabora en base a los datos del servicio de Meteogalicia, que para los próximos días dibujan un panorama de riesgo: temperaturas altas y viento del nordés, que es muy seco. Las temperaturas seguirán subiendo y serán muy altas, sobre todo en el sur de Ourense y Pontevedra. Toda la zona de Alto Miño estará en alerta debido al calor, ya que los termómetros marcarán 37 grados. En las Rías Baixas se alcanzarán también 33 o 35 grados. El otro factor determinante para facilitar la propagación de los incendios, el nivel de humedad, estará por los suelos.

Con estos datos, la predicción del CSIC marca riesgo extremo de incendios pero no para toda Galicia, sino para las Rías Baixas y siguiendo el curso del río Sil en Ourense. Una ele de peligro de la que se escapa el norte de la comunidad gracias a las últimas lluvias.

Pese a que no se conocen los datos de incendios, Carballas valora la labor de vigilancia que se lleva a cabo este año en el monte, "pero cuando dos tercios de la superficie de Galicia están en peligro extremo es difícil mantener la vigilancia".

El operativo antiincendios de Medio Rural recibe críticas de los sindicatos por no facilitar los datos de los fuegos que afecten a menos de 20 hectáreas "para evitar alarma social" y "no dificultar las actividades normales de los servicios de coordinación", según repiten desde el año pasado. La Xunta insiste que no hay ningún tipo de ocultación.

El sindicalista Benxamín Vences (CC OO) asegura que "estamos en una situación delicada". "Los gestores de Medio Rural están actuando con una imprudencia extrema. No está todo el operativo montado", afirma. Lamenta que hay brigadas que están incompletas y que las bajas se van cubriendo "a cuentagotas". Desde la CIG, Fernando García insiste en recriminar la falta de profesionalización del servicio antiincendios.

La "falta de transparencia" de la Xunta es la misma que criticó el ahora presidente, Alberto Núñez Feijóo, cuando lideraba la oposición en la ola de incendios de 2006. Entonces Feijóo reunió a la prensa para divulgar un cálculo de una página web que, analizando fotografías de los satélites de la NASA, cifraba en 175.000 las hectáreas de monte calcinadas en aquellos 15 días. Sin entrar en guerra de cifras, el bipartito las rebajó días después a 77.000 hectáreas.

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