Cartas al director

El doblaje en España

Sobre el cine español y el porqué no tiene la cuota de espectadores que cabría esperar apareció el lunes 2 de agosto un artículo de John J. Healey en EL PAÍS en el que se teoriza sobre que el idioma español no casa muy bien con el lenguaje cinematográfico. No estoy de acuerdo. Creo que, por una parte, el espectador está acostumbrado a oír a actores de doblaje, que son excepcionales y, por otra, el hecho de que la mayoría de nuestros actores vienen del teatro. En el teatro las técnicas de interpretación varían respecto a las del cine. En el teatro es necesario casi gritar para que el público se...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Sobre el cine español y el porqué no tiene la cuota de espectadores que cabría esperar apareció el lunes 2 de agosto un artículo de John J. Healey en EL PAÍS en el que se teoriza sobre que el idioma español no casa muy bien con el lenguaje cinematográfico. No estoy de acuerdo. Creo que, por una parte, el espectador está acostumbrado a oír a actores de doblaje, que son excepcionales y, por otra, el hecho de que la mayoría de nuestros actores vienen del teatro. En el teatro las técnicas de interpretación varían respecto a las del cine. En el teatro es necesario casi gritar para que el público se entere de lo que se dice y además hay que sobreactuar por la misma razón. Unidas ambas, la sobreactuación y la costumbre del público de oír a los actores de doblaje, hace que cuando vemos una película española, con sus voces originales, la interpretación nos resulte demasiado artificial. Recordemos que Javier Bardem quiso ser doblado en Vicky Cristina Barcelona, ya que él consideraba que si el resto de actores iba a ser doblado estaría en desventaja.

Me encantan los doblajes que tenemos en España; es algo muy característico nuestro, esas voces, esa dicción perfecta que tantas emociones transmiten. Decía Anthony Quinn que cuando dices la palabra "manzana" tienes que intentar describir con esa sola palabra su sabor, su textura. Es tan importante el doblaje para nosotros que una película magnífica como El resplandor, de Stanley Kubrick, la vimos empañada por unos doblajes, con perdón, a los que no estábamos acostumbrados lo cual minó la taquilla.

¿Deberíamos desprendernos de los doblajes?, ¿tienen estos un efecto perverso sobre el espectador? Creo que sí, pero a mí particularmente me encanta oír esas voces. Incluso en los anuncios.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En