"Tenéis 15 días para volver al club, o mataré a vuestra familia"

Libre el jefe de una red de prostitución

"Se cree el rey de España. Dice que puede hacer lo que quiera y dónde quiera". María es brasileña. Fue, como tantas otras, traída a España con falsas promesas de un futuro mejor. Al llegar se encontró encerrada y sometida. Escapó con una amiga del local de Salamanca en el que vivían y empezó a recibir correos electrónicos y sms de su chulo, ese que se creía "el rey de España". Le decía cosas como esta: "Voy a acabar contigo, hija de puta. Tenéis 15 días para volver al club. Si no, voy a matar a vuestras familias, a vuestros hijos".

Aunque haya una mayor implicación policial para combati...

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"Se cree el rey de España. Dice que puede hacer lo que quiera y dónde quiera". María es brasileña. Fue, como tantas otras, traída a España con falsas promesas de un futuro mejor. Al llegar se encontró encerrada y sometida. Escapó con una amiga del local de Salamanca en el que vivían y empezó a recibir correos electrónicos y sms de su chulo, ese que se creía "el rey de España". Le decía cosas como esta: "Voy a acabar contigo, hija de puta. Tenéis 15 días para volver al club. Si no, voy a matar a vuestras familias, a vuestros hijos".

Aunque haya una mayor implicación policial para combatir el tráfico de mujeres, el problema es qué ocurre después con los explotadores sexuales. Se dan pasos, pero sigue habiendo una cierta impunidad judicial.

La violenta red, que trabajaba en Portugal y España, ha sido desarticulada. Pero el principal imputado, el portugués Simao Miguel Costa, está libre, y sus dos locales españoles, el Paradise y el Tropical (en el diminuto pueblo de Fuentes de Oñoro, Salamanca) funcionan como si nada. María, que lleva meses cambiado de casa y ciudad para que no la encuentren, no lo entiende. "No sé cómo está libre. Eso sí, si me pasa algo", dice María, "todos sabrán que ha sido él".

Engañadas

María entró en contacto con la red en Brasil. "Me ofrecieron un contrato en España y un billete de avión a cambio de 2.000 euros. Me dijeron que podría trabajar de camarera en una cafetería que tenía en la planta de abajo un club de alterne, y que, si quería un sobresueldo, podría bajar a veces". María y una amiga aceptaron.

Las llevaron al Paradise. "Parecían muy amables". Hasta el día siguiente, cuando les comunicaron las normas: se comía una vez al día; bajar al club era obligatorio -la cafetería no existía-; y el horario era de siete de la tarde hasta las ocho de la mañana. Y sí o sí tenían que conseguir que los clientes tuvieran relaciones sexuales con ellas.

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María y su amiga se escaparon y fueron a la policía. Los agentes encontraron burdeles en Portugal y en España. Realizaron en febrero una operación con las autoridades lusas, que concluyó con 10 detenidos, nueve en España y uno en Portugal.

María no va a volver a Brasil. Sabe que allí no estaría segura. El año pasado una mujer murió en Brasilia a manos de un sicario que confesó que quien lo había contratado era un español dueño de varios burdeles para quien la chica había trabajado y que lo había denunciado.

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