Montilla reivindica el Estatuto como antídoto del "falso atajo" soberanista

El presidente asegura que el Constitucional no acabará con la voluntad de autogobierno

El presidente de la Generalitat imprimió ayer en el mensaje de fin de año la foto estática que pretende mantener durante toda la campaña electoral que se avecina. José Montilla se presentó a sí mismo como el garante de que Cataluña no se salga de la senda marcada por el Estatuto y se situó en los antípodas del magma de partidos y movimientos más o menos nacionalistas que aspiran a enterrar la vía autonomista. Montilla instó a los ciudadanos a escoger entre "el horizonte trazado por la mayoría" y los "falsos atajos" soberanistas.

Convencido de que Convergència i Unió ha decidido disputar...

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El presidente de la Generalitat imprimió ayer en el mensaje de fin de año la foto estática que pretende mantener durante toda la campaña electoral que se avecina. José Montilla se presentó a sí mismo como el garante de que Cataluña no se salga de la senda marcada por el Estatuto y se situó en los antípodas del magma de partidos y movimientos más o menos nacionalistas que aspiran a enterrar la vía autonomista. Montilla instó a los ciudadanos a escoger entre "el horizonte trazado por la mayoría" y los "falsos atajos" soberanistas.

Convencido de que Convergència i Unió ha decidido disputar a Esquerra Republicana el electorado independentista, Montilla considera que el PSC y la candidatura que él encabezará deben centrarse en repescar a la mayoría de catalanes que, según las encuestas, no buscan romper con España. El presidente ha alertado en las últimas semanas de que movimientos como las consultas soberanistas celebradas en 166 municipios a mediados de este mes no expresan el sentir mayoritario de Cataluña, por más ruido que generen en algunos medios de comunicación. De ahí que Montilla dirigiese su discurso de ayer al conjunto de la nación, "a la que habla y a la que calla".

De esta manera, recordó que 2010 será un año "decisivo" porque con su voto los ciudadanos podrán decidir el camino que seguir: "si tenemos que quedarnos quietos, retroceder o buscar falsos a tajos, o bien si tenemos que mantener el horizonte que hemos trazado y asegurar que una gran mayoría se compromete a trabajar para conseguirlo". El discurso, que muy probablemente no gustará a sus socios de Esquerra Republicana, estuvo plagado de llamadas a mantener Cataluña en el camino marcado por el Estatuto.

Pero consciente de que la carta autonómica y su tortuoso paso por el Tribunal Constitucional es un asunto cansino para la inmensa mayoría de ciudadanos, Montilla apenas le dedicó 30 segundos. Los justos para lanzar dos advertencias: una hacia el conjunto de España: "Nuestra voluntad de autogobierno no comienza ni acaba con una sentencia", dijo recordando que los orígenes de la Generalitat se remontan a hace 650 años. Y otra hacia el conjunto de los ciudadanos: diga lo que diga el Constitucional "continuaré exigiendo y desplegando el pacto político entre las Cortes Generales y los ciudadanos de Cataluña".

Montilla insistió en que su prioridad es trabajar para superar la crisis económica, pero hizo especial hincapié en señalar los hitos logrados este año sobre el autogobierno: la nueva financiación autonómica y en especial el traspaso de Cercanías rubricado esta semana. Para poner en valor este último logro, Montilla pronunció su discurso desde el centro de control de Ferrocarrils de la Generalitat en Martorell.

El portavoz parlamentario de Convergència i Unió, Oriol Pujol, criticó por "electoralista" el discurso de Montilla. Horas antes, Artur Mas también había dibujado los trazos de la próxima campaña electoral el jefe de la oposición, Artur Mas. El presidente de CiU se ofreció a pasar página a la etapa del tripartito, prometió un gobierno "fuerte" y, eso sí, evitó hablar de pactos poselectorales con el argumento de que su partido tiene como objetivo gobernar en solitario. En su valoración del año político, Mas evitó su discurso más soberanista y se limitó a pedir el apoyo de todos los que buscan un "cambio" para Cataluña.

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El Partido Popular hizo hincapié en la gravedad de la crisis y su presidenta regional, Alicia Sánchez Camacho, aseguró metafóricamente: "el tren de Montilla se halla en vía muerta y no puede proponer el cambio que necesitan los catalanes".

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