Arranca la línea 9, a la espera de conectar con Barcelona

Las obras del nuevo metro no terminarán hasta 2014

Santa Coloma tiene siete kilómetros cuadrados y unos 125.000 habitantes, y desde ayer, metro: las cinco paradas inaguradas en la línea 9 están en la localidad. Desde la plaza de la Vila hasta la barcelonesa de Catalunya hay nueve kilómetros que se cubren con facilidad con la línea 1. En cambio y hasta ayer, los barrios estaban mal comunicados entre sí y la propia población con otras vecinas: Sant Adrià, Badalona, Montcada. Hoy, la comunicación con sus vecinas sigue mal y no mejorará hasta el año que viene, cuando entre en funcionamiento el ramal de la línea 9 entre Bon Pastor y Badalona y, poc...

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Santa Coloma tiene siete kilómetros cuadrados y unos 125.000 habitantes, y desde ayer, metro: las cinco paradas inaguradas en la línea 9 están en la localidad. Desde la plaza de la Vila hasta la barcelonesa de Catalunya hay nueve kilómetros que se cubren con facilidad con la línea 1. En cambio y hasta ayer, los barrios estaban mal comunicados entre sí y la propia población con otras vecinas: Sant Adrià, Badalona, Montcada. Hoy, la comunicación con sus vecinas sigue mal y no mejorará hasta el año que viene, cuando entre en funcionamiento el ramal de la línea 9 entre Bon Pastor y Badalona y, poco después, una ambos (el de Badalona y el de Santa Coloma inagurado ayer) con la Sagrera. Pero la interior ha mejorado.

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Tanto el presidente de la Generalitat, José Montilla, como la alcaldesa, Núria Parlón, y el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, insistieron en el papel integrador del nuevo metro: de la ciudad entre sí y del territorio metropolitano, en el norte de Barcelona, ahora, y más adelante, con L'Hospitalet y El Prat, ciudad y aeropuerto.

Ayer arrancaron 3,9 kilómetros de una línea que tendrá 48 cuando esté lista, en 2014, dijo Nadal. La línea está automatizada. Desde la conducción a la situación de los ascensores (las estaciones están a profundidades que alcanzan los 80 metros) para evacuar a los pasajeros cuando llegue un tren. En cada ascensor caben 40 personas.

La automatización no ha dejado de suponer problemas. Uno de los técnicos explicaba ayer que no conseseguían que los trenes arrancaran ("despertaran", en el argot de la empresa) por la mañana. "Los dormíamos en automático, pero no despertaban bien", explicaba. Al final encontraron la solución: terminaban el recorrido en modo automático, pero antes de ser "despertados" eran abiertos manualmente para la limpieza, desactivando el automatismo. "Nos costó dos semanas entender que son automáticos las 24 horas, pero creemos haberlo entendido", dijo.

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