Análisis:EL ACENTO

Absolutismo urbanístico

La distancia entre las palabras y los hechos suele convertir las declaraciones del PP en vacías logomaquias. En Barcelona, Mariano Rajoy arenga a los presentes con una cataplasma ética: "La limpieza en la vida pública es una exigencia moral". Incluso insta a un pacto anticorrupción. Hasta aquí, otra máxima trivial, que diría Balzac. Al mismo tiempo, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, se dispone a cambiar la Ley del Suelo de la región (mediante una Ley de Acompañamiento que difícilmente podrá debatirse) para introducir una cuña escandalosa de arbitrariedad. Pretende...

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La distancia entre las palabras y los hechos suele convertir las declaraciones del PP en vacías logomaquias. En Barcelona, Mariano Rajoy arenga a los presentes con una cataplasma ética: "La limpieza en la vida pública es una exigencia moral". Incluso insta a un pacto anticorrupción. Hasta aquí, otra máxima trivial, que diría Balzac. Al mismo tiempo, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, se dispone a cambiar la Ley del Suelo de la región (mediante una Ley de Acompañamiento que difícilmente podrá debatirse) para introducir una cuña escandalosa de arbitrariedad. Pretende que el procedimiento excepcional para actuaciones urbanísticas, que hasta ahora permitía al Gobierno regional eludir el trámite de la licencia municipal de una obra y aprobarla directamente por razones de interés público, se aplique también a obras o promociones privadas. En resumen, todo el poder urbanístico para su Gobierno. La Comunidad de Madrid podrá construir lo que quiera y donde quiera, sea de iniciativa pública o privada, con planeamiento urbanístico o sin él, con la aquiescencia de los Ayuntamientos o sin ella.

Diría un castizo que no hay que ser un Licurgo para deducir que arbitrariedades como las que se dispone a perpetrar Aguirre son causa segura de malestar político y muy probable de corrupción. Ya sabrá la presidenta, liberal en el verbo e intervencionista en los hechos, cómo anestesia las protestas de los municipios atropellados. Pero el círculo del pacto anticorrupción de Rajoy mal puede cuadrarse con el poder absoluto sobre el urbanismo que reclama la Comunidad de Madrid. Que se sepa, los liberales son partidarios de los equilibrios y contrapesos en los poderes públicos; la corrupción se combate limitando la arbitrariedad. Justo lo contrario de lo que se pretende en Madrid.

John Gray, liberal de verdad y no como Aguirre, sostiene que la libertad no es una condición natural que se desarrolla espontáneamente cuando cesa la represión. Es una construcción complicada, porque "las libertades pueden socavarse unas a otras". Éste será el caso si la Asamblea de Madrid no es capaz de construir un dique contra el absolutismo urbanístico de Esperanza Aguirre.

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