Alfombra roja sobre la gran zanja
170 tiendas lujosas del centro abrieron ayer hasta las doce de la noche
Menuda ocasión para conjugar la vida social, tus tiendas preferidas, ponerte guapo con tu ropa más guay y beber champán. 170 tiendas de moda de los alrededores de la Milla de oro y de la plaza de las Salesas abrieron ayer hasta las doce de la noche. Un evento que se celebra en 13 ciudades del mundo a la vez y concebido por el diablo vestido de Prada: la directora de Vogue, Anna Wintour.
El asunto se convirtió en un acto social del mundo de la moda, sus clientes VIP y los curiosos que siempre quisieron entrar en Chanel y nunca se atrevieron a enfrentarse a la mirada de sus dependi...
Menuda ocasión para conjugar la vida social, tus tiendas preferidas, ponerte guapo con tu ropa más guay y beber champán. 170 tiendas de moda de los alrededores de la Milla de oro y de la plaza de las Salesas abrieron ayer hasta las doce de la noche. Un evento que se celebra en 13 ciudades del mundo a la vez y concebido por el diablo vestido de Prada: la directora de Vogue, Anna Wintour.
El asunto se convirtió en un acto social del mundo de la moda, sus clientes VIP y los curiosos que siempre quisieron entrar en Chanel y nunca se atrevieron a enfrentarse a la mirada de sus dependientas.
Ayer pudieron. Había colas de hasta 20 minutos. Algo sorprendente teniendo en cuenta que la recompensa era un sorbo de cava y alguna muestra de perfume. "Sí, por eso vienen. Muy pocos se han comprado algo. Prefieren venir otro día", soltaba una delgadísima dependienta de la boutique de Prada.
La alfombra roja que cada tienda lucía ayer en su puerta cubría las zanjas de la calle de Serrano y sus dolorosas intersecciones. La gente se puso de gala. Vestidos de cóctel y mucha gomina. En las tiendas, discjockeys y famosos de revista. "Mola. Es como ir a tomar a una copa a un bar, pero más guay", acertaba a describir uno de los clientes de Louis Vuitton.