Análisis:EL ACENTO

Trucos sucios

John Yates, subcomisario de Scotland Yard, la policía de Londres, aseguró ayer que finalmente no se investigarán los pagos que debieron realizarse para tapar las supuestas escuchas telefónicas hechas a relevantes políticos y figuras públicas por encargo de periodistas del diario sensacionalista News of the World. La noticia la levantó en su edición del jueves The Guardian, que contaba que News Group Newspapers, del grupo News International del magnate Robert Murdoch, había pagado al menos 1,2 millones de euros para que una serie de demandas contra algunos reporteros del periódico...

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John Yates, subcomisario de Scotland Yard, la policía de Londres, aseguró ayer que finalmente no se investigarán los pagos que debieron realizarse para tapar las supuestas escuchas telefónicas hechas a relevantes políticos y figuras públicas por encargo de periodistas del diario sensacionalista News of the World. La noticia la levantó en su edición del jueves The Guardian, que contaba que News Group Newspapers, del grupo News International del magnate Robert Murdoch, había pagado al menos 1,2 millones de euros para que una serie de demandas contra algunos reporteros del periódico de su propiedad pasaran de inmediato al limbo. Los trucos sucios de los que se acusaba a los aguerridos cazadores de noticias consistían en subcontratar a detectives privados para que entraran en los mensajes de los móviles de las celebridades para tener así acceso a información confidencial y cotilleos varios. The Guardian dio nombres de algunas supuestas víctimas: el ex viceprimer ministro John Prescott, la ex ministra de Cultura Tessa Jowell y la modelo australiana Elle McPherson.

The Guardian explicaba que ese dineral que utilizó el grupo de Murdoch para comprar el silencio de los que habían sido pirateados resultó tan efectivo que las evidencias del turbio estilo de los periodistas de News of the World fueron eliminadas de común acuerdo por la propia policía y el Alto Tribunal, equivalente al Supremo español.

Ayer, pues, y para no darle más vueltas a asunto tan enrevesado, el subcomisario Yates dijo que no había encontrado "pruebas adicionales" en la denuncia de The Guardian respecto a un caso cerrado en 2007. Fue entonces cuando Clive Goodman, el corresponsal de la realeza de News of the World, fue condenado a cuatro meses de cárcel por haber husmeado en los mensajes de los teléfonos móviles de la familia real británica. Scotland Yard ha asegurado que no hay pruebas de que haya sido pirateado el móvil de Prescott, y que, por tanto, no abrirá de nuevo el caso.

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¿Qué pensar, pues? Si la policía decide no investigar una escandalosa revelación de un diario, ¿es que no se fía del trabajo de los periodistas? ¿Y transmite así que todos son iguales y que todos merecen habitar el limbo? Mal asunto.

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