Miles de personas salen al paso del Tour desafiando la lluvia

Ausencia de incidentes y descenso de tráfico en Barcelona

Ríos y ríos de personas se alinearon en las carreteras catalanas por las que ayer rodó el Tour. Empezó en Girona, donde unos 150.000 espectadores arroparon a los ciclistas. Y siguió durante los 184 kilómetros de la etapa, con menos densidad a medida que la lluvia hacía acto de presencia. Para Alberto Contador, último ganador del Tour, el espactáculo era impresionante: "No sé cuánta gente ha salido, pero podían llenar varios Camps Nous y Bernabéus". En opinión de Antoni Flecha, un ciclista catalán de la carrera, la acogida fue preciosa: "Barcelona siempre se supera".

Y eso que por la mañ...

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Ríos y ríos de personas se alinearon en las carreteras catalanas por las que ayer rodó el Tour. Empezó en Girona, donde unos 150.000 espectadores arroparon a los ciclistas. Y siguió durante los 184 kilómetros de la etapa, con menos densidad a medida que la lluvia hacía acto de presencia. Para Alberto Contador, último ganador del Tour, el espactáculo era impresionante: "No sé cuánta gente ha salido, pero podían llenar varios Camps Nous y Bernabéus". En opinión de Antoni Flecha, un ciclista catalán de la carrera, la acogida fue preciosa: "Barcelona siempre se supera".

Y eso que por la mañana el espectáculo era bastante desolador. "Como esto siga así, no sé qué va a pasar", se lamentaba un voluntario que intentaba protegerse del aguacero cuando instalaba vallas en la avenida de la Meridiana. El agua se adueñó de Barcelona y eso, seguramente, restó afluencia de público. Pero pese al chaparrrón, entre 230.000 y 250.000 personas, según cálculos municipales, hicieron la ola con las cartulinas amarillas que repartieron los voluntarios un rato antes de la llegada de los corredores.

No fue una gran ola como pedía el alcalde, Jordi Hereu, porque no había tantas manos. Pero amplias zonas de la ciudad estaban abarrotadas de espectadores: la avenida de Guipúscoa, todo el paseo de Sant Joan y así hasta el final de la etapa. Muchos balcones, un excelente lugar para ver el paso de la carrera, estaban repletos.

Fue un día de poco tráfico. Las entradas registraron un descenso del 15% y el movimiento del vehículo privado también fue mucho menor que cualquier día. La grúa tampoco tuvo excesivo trabajo para retirar los vehículos que estaban en el recorrido urbano y que no habían sido retirados por sus propietarios: se llevó 100 coches y 150 motos, cuando un día normal se lleva unos 60 vehículos.

"Se han seguido las recomendaciones y pedimos que mañana [por hoy] los ciudadanos vuelvan a hacer lo mismo", apuntaba un responsable municipal. Hoy la etapa de salida es de nueve kilómetros y el corte empezará a las nueve de la mañana. La ciudad quedará divida de Besòs a Llobregat y la normalidad se restablecerá en torno a las 11.30.

Que la etapa de ayer desde Girona fue tranquila era patente en la sala central de mando de la operación de seguridad, en la sala anexa del Palau Sant Jordi. Cuarenta personas -agentes de los Mossos, la Guardia Urbana, la policía, la Guardia Civil, Protección Civil y el Servicio de Emergencias- tomaron el pulso minuto a minuto al paso de la carrera. "Sólo se han producido tres incidencias menores", explicaba Joan Carles Escobar, mando de los Mossos. Mientras, las banderas rojas, amarillas y verdes se sucedían en las pantallas. La verde significaba el fin del paso de los ciclistas.

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La comitiva ciclista por el cruce del paseo de Sant Joan con Consell de Cent.VICENS GIMÉNEZ

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