Del instituto al cine internacional

En los años 50 el barco-correo Ravatxol del canal del Tremolar -un enclave que adoptó este nombre debido a las sucesivas epidemias de malaria que sufrió- todavía llegaba hasta Russafa, un popular distrito de Valencia. Aunque pocos se acordaban de ello hasta que en el año 2000, por fin, se autorizó la construcción de un instituto público en la zona. Así, con el nacimiento de un instituto propio en la pedanía de Castellar-Oliveral -que se autobautizó igual que la barcaza- comenzó también "la recuperación de un entorno, de una memoria histórica, por parte de los alumnos vinculados a familias que ...

En los años 50 el barco-correo Ravatxol del canal del Tremolar -un enclave que adoptó este nombre debido a las sucesivas epidemias de malaria que sufrió- todavía llegaba hasta Russafa, un popular distrito de Valencia. Aunque pocos se acordaban de ello hasta que en el año 2000, por fin, se autorizó la construcción de un instituto público en la zona. Así, con el nacimiento de un instituto propio en la pedanía de Castellar-Oliveral -que se autobautizó igual que la barcaza- comenzó también "la recuperación de un entorno, de una memoria histórica, por parte de los alumnos vinculados a familias que pertenen a gremios y formas de vida en vías de extinción", relata Josep Lluis Peris, director del IES Ravatxol, un centro ubicado junto al parque natural de L'Albufera. Peris es coescritor de la película valenciana Temps d'Aigua/ Water Times, uno de los dos largometrajes españoles en el Ecofilms- Rodos International Films, festival de artes visuales que comienza mañana en Grecia.

Fueron los hijos, nietos y sobrinos de aquellos arroceros, de los calafaters (antiguos constructores de las barcas), de los trabajadores del tir i arrastre (que crían caballos de arrastre), de los pescadores y barqueros, los que -junto a Peris, que entonces además de director era el tutor de la asignatura de Comunicación Audiovisual, y el joven realizador valenciano Miguel Baixauli, que impartió un curso- comenzaron "una recopilación de documentación audiovisual desde el punto de vista social y antropológico", que ha cambiado la fisonomía de este singular barrio y recuperado antiguas tradiciones.

"Se trata de un barrio situado en L'Albufera, acosado por el fuerte desarrollo urbano, donde el agua siempre ha sido un modo de vida y de transporte que actualmente está en vías de extinción", resume Baixauli, el joven realizador de 38 años que durante la filmación -a lo largo de dos años- aprendió que parte de sus raíces procedían de este pequeño enclave de Valencia que es la pedanía de Castellar-Oliveral, próxima a la idustrial localidad de Alfafar.

Rodeado de su equipo, Ximo Rojo y el camarógrafo Pere Pueyo -integrantes del Equip de Treball d'Investigació i Audiovisual Rizoma- recogieron multitud de secuencias armados sólo con su video digital. Filmaron durante "un largo periodo de tiempo" para construir esta historia "poética, a caballo entre el documental y la ficción, entre la antropología y el arte".

El resultado, además de poder verse en el festival de referencia del cine ecológico y social, ha sido la recuperación de una parte de las formas de vida tradicionales que se habían perdido: como la procesión en barca por el canal de la Mare de Déu del Desamparats del Tremolar, donde los alumnos o ex alumnos son los nuevos perxadors; la revalorización de la antigua trilladora de Parsena, o la antigua máquina de separar arroz. También se ha fomentado la inclusión de nuevos vecinos de otras culturas, como los senegaleses que trabajan en la siembra y recogida de los productos de esta parte meridional de la huerta. Además, se ha potenciado la tradición poética de les albaes y los versadors, de la mano de la poetisa local Pepita Lladró, uno de los personajes reales que sigue viviendo allí y salen en la película.

La experiencia, desde el punto de vista estrictamente pedagógico, ofrece otra conclusión más: "Demostrar", comenta su director, "cómo se puede llegar a trabajar pedagógicamente en un instituto en el lenguaje audiovisual y dar el salto a un festival internacional de cine". Josep Lluis Peris concluye: "Se trata, eso sí, de un conocimiento significativo, que optimiza el conocimiento del medio y del entorno, frente al conocimiento repetitivo y tradicional".