Necrológica:

Rodolfo Almirón, jefe de los asesinos de la Triple A

Ordenó matar a más de mil opositores a Perón y su viuda

Rodolfo Eduardo Almirón Sena conocía de cerca la muerte, la de sus víctimas, pero el 5 de junio pasado vivió la propia. Era uno de los jefes de operaciones de la paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), que persiguió y mató a 1.000 políticos, sindicalistas, periodistas, sacerdotes, intelectuales, artistas, diplomáticos y estudiantes de izquierdas en los Gobiernos de Juan Domingo Perón (1973-1974) y de su viuda, María Estela Martínez, Isabel (1974-1976), en lo que fue la antesala de la última y cruenta dictadura militar de este país suramericano (1976-1983).

En 1975...

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Rodolfo Eduardo Almirón Sena conocía de cerca la muerte, la de sus víctimas, pero el 5 de junio pasado vivió la propia. Era uno de los jefes de operaciones de la paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), que persiguió y mató a 1.000 políticos, sindicalistas, periodistas, sacerdotes, intelectuales, artistas, diplomáticos y estudiantes de izquierdas en los Gobiernos de Juan Domingo Perón (1973-1974) y de su viuda, María Estela Martínez, Isabel (1974-1976), en lo que fue la antesala de la última y cruenta dictadura militar de este país suramericano (1976-1983).

En 1975 se marchó a España, donde se empleó como guardaespaldas de Manuel Fraga Iribarne. En 2006 fue detenido en Torrent (Valencia) y el año pasado fue extraditado a Argentina. Murió a los 73 años, en un hospital de Ezeiza, en el suroeste de Buenos Aires. En unas tierras abandonadas de ese suburbio, Almirón había arrojado el cuerpo acribillado a balazos en la cabeza del catedrático marxista Silvio Frondizi, hermano del ex presidente argentino Arturo Frondizi (1958-1962). En el aeropuerto internacional de Ezeiza, al regresar a su país después de 33 años, un periodista le preguntó si estaba arrepentido de sus crímenes y él, esposado, contestó: "¿De qué me tengo que arrepentir?".

Almirón había nacido en Puerto Bermejo, en la provincia de Chaco (noreste de Argentina), en 1936. Era policía, pero en la década de los sesenta se involucró, junto a otros agentes y delincuentes, en una banda que cometía asaltos, secuestros, contrabando, narcotráfico y trata de blancas. En 1970 fue separado de la Policía Federal Argentina, pero tres años después fue reincorporado para una misión especial: fue ascendido a subcomisario y bajo el mote de Coquibus comandó operaciones de la Triple A, que tenía como jefe político a José López Rega, el ministro de Bienestar Social y hombre fuerte del último Gobierno de Perón y del de su viuda.

Asesinato de un bebé

Al momento de morir, Almirón estaba procesado por una docena de asesinatos, entre ellos, los de Frondizi, el ex diputado Rodolfo Ortega Peña y el hijo de cinco meses de Raúl Laguzzi, entonces decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

El fiscal de su causa había pedido sin éxito que también se le imputara por otros 628 crímenes, como el del sacerdote Carlos Múgica, miembro del movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo, que recibió seis disparos de ametralladora, el último en la espalda, y en su agonía gritó: "¡Ahora más que nunca tenemos que estar junto al pueblo!".

En 1975, el escándalo de la Triple A obligó a Isabel Perón a desplazar a López Rega, pero lo envió a Madrid como embajador plenipotenciario ante los Gobiernos europeos. López Rega se llevó consigo a Almirón. Después consiguió la nacionalidad española y llegó a convertirse en guardaespaldas de Manuel Fraga Iribarne, cuando a principios de los ochenta lideraba Alianza Popular, que sería el embrión del PP. Pero su pasado criminal se hizo público y Fraga debió deshacerse de él. Los jueces de la naciente democracia argentina lo habían comenzado a investigar por sus delitos, pero las leyes de amnistía derivaron en el cierre de sus causas en 1989.

Almirón terminó jubilándose como camarero en Madrid en 2001. En Argentina, el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) impulsó la derogación de las leyes del perdón y entonces un juez pidió la extradición de Almirón en diciembre de 2006. En marzo de 2008 regresó a Argentina y fue internado en la cárcel de Marcos Paz (48 kilómetros al suroeste de Buenos Aires).

Sufrió una embolia cerebral y el juez de su causa le concedió el arresto domiciliario, pero su hermana rehusó acogerlo. Fue ingresado en un hospital de Buenos Aires, donde los médicos lo atendieron a regañadientes. Finalmente fue derivado a otro centro de Ezeiza. Un día antes de morir, el juez lo declaró incapaz y suspendió los procesos en su contra. Almirón se fue sin condena judicial.

Rodolfo Almirón, en 2008.EFE

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