El experto en reformas sanitarias al que todos ven bien
Rafael Bengoa (Caracas, Venezuela, 1952) es el fichaje estrella del lehendakari por varios motivos. Al hecho de que el currículo de este independiente no resiste comparación, une que es un profesional "bien visto en todas partes", coinciden varios médicos. Y lo de todas partes incluye al mundo nacionalista. Este médico, licenciado por la UPV y especializado en Inglaterra, fue director de Planificación de Sanidad con Iñaki Azkuna entre 1991 y 1995. Entonces impulsó la reforma del sistema de la que hoy aún se nutre la sanidad vasca.
Hombre formado en salud pública, Bengoa es un méd...
Rafael Bengoa (Caracas, Venezuela, 1952) es el fichaje estrella del lehendakari por varios motivos. Al hecho de que el currículo de este independiente no resiste comparación, une que es un profesional "bien visto en todas partes", coinciden varios médicos. Y lo de todas partes incluye al mundo nacionalista. Este médico, licenciado por la UPV y especializado en Inglaterra, fue director de Planificación de Sanidad con Iñaki Azkuna entre 1991 y 1995. Entonces impulsó la reforma del sistema de la que hoy aún se nutre la sanidad vasca.
Hombre formado en salud pública, Bengoa es un médico de larga trayectoria. En 1990, ya participó como técnico en el Informe Abril sobre la reforma del sistema sanitario español. Los profesionales de Osakidetza prevén que será bien recibido en "la casa" y en el mundo profesional. "Es un hombre al que le gusta trabajar en equipo, consultar con los profesionales, el consenso y es muy riguroso", aseguran las fuentes informantes.
Durante ocho años y hasta 2006 trabajó para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde entonces dirige el Observatorio Kroniker, un organismo independiente dedicado a analizar los pormenores de la sanidad mundial y sus tendencias, con la mirada puesta en mejorar los actuales servicios. Y especialmente en la atención de las enfermedades crónicas, uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los sistemas de salud. Un dato es revelador: el 80% de enfermedades atendidas por los sistemas sanitarios públicos y privados son crónicas y suponen el 75% de su gasto.