Reportaje:

Balmaseda, el testimonio de la Pasión

La capital de las Encartaciones acoge la representación más espectacular de la Semana Santa en Euskadi - La localidad espera hoy a miles de personas

A pesar de la lluvia que desde primera hora de la mañana caerá hoy sobre Balmaseda, la convocatoria no se aplaza: la Pasión viviente comenzará a las 9.30, con más de 500 personas trabajando en la representación escénica popular de las últimas horas de Cristo más impresionante del País Vasco. Escenografía, vestuario, maquillaje... y también la autenticidad de los rasgos de los actores o del sufrimiento del principal protagonista que, durante un año, se ha preparado para una recreación basada en los testimonios de los cuatro Evangelios, en los que Marcos, Mateo, Lucas y Juan recrearon casi 200 a...

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A pesar de la lluvia que desde primera hora de la mañana caerá hoy sobre Balmaseda, la convocatoria no se aplaza: la Pasión viviente comenzará a las 9.30, con más de 500 personas trabajando en la representación escénica popular de las últimas horas de Cristo más impresionante del País Vasco. Escenografía, vestuario, maquillaje... y también la autenticidad de los rasgos de los actores o del sufrimiento del principal protagonista que, durante un año, se ha preparado para una recreación basada en los testimonios de los cuatro Evangelios, en los que Marcos, Mateo, Lucas y Juan recrearon casi 200 años después de su muerte el final de Jesús.

Durante siglos, el relato de la Pasión ha tenido, sobre todo, recreaciones plásticas o ha servido como inspiración para obras musicales. Hasta que llegaron los vecinos de Balmaseda en 1963 y concluyeron su procesión de Viernes Santo con la incorporación del acto de la crucifixión, que recupera aquel momento en el que los evangelistas colocan en el Calvario a tres crucificados, con Jesús en el centro. Balmaseda así lo atestigua.

Ya en 1771 se celebraban varias procesiones en Balmaseda
En 1963 se introdujo la representación de la crucifixión
En los últimos años se han ido mejorando aspectos técnicos y escénicos

En apenas medio siglo, la villa encartada ha conseguido que esos momentos trágicos se conviertan en algo más que acontecimiento religioso, con el cobro de la entrada correspondiente, ante la demanda de público. Un año más, miles de personas se acercarán hoy a la capital de la comarca vizcaína de las Encartaciones en busca de las emociones que ofrece la representación de la Pasión viviente.

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La tradición oral atribuye el origen de la representación del Vía Crucis a las peregrinaciones de carácter penitencial que se celebraron en el siglo XVI al Monte Kolitza para rogar a San Roque que librase a la villa de las pestes que la asolaron durante esa época. Aunque los orígenes de la representación se remontan, como en otras localidades, al XIX, cuando surgieron las procesiones para dar mayor veracidad a la Pasión.

Eso sí, ya en 1771 se celebraban varias procesiones en Balmaseda, entre ellas las de Semana Santa, como se deduce de la consignación de una partida que esas fechas se hace en las cuentas municipales para los gastos de cera de la corporación al acudir a las mismas. No será hasta 1865 cuando se tiene constancia documental de la aparición de personajes que acompañen la procesión tradicional. En esa fecha se crea la Invencible Compañía Farisaíca, que introduce los soldados romanos, llamados "fariseos" por los balmasedanos.

Ya en la última década del siglo XIX se menciona por primera vez el personaje cumbre por definición de este Viernes Santo de Balmaseda, el "Nazareno" o "Jesucristo", lo que permite hablar por vez primera de la celebración de la Pasión. A medida que avanzan los años se irán perfeccionando las escenas con nuevos detalles y personajes. Así, en 1911 llegan las tres Marías y la Magdalena; en 1935, tras la escena del Prendimiento, se escenificará El Pretorio, el juicio de Poncio Pilatos a Jesucristo; en 1955, los ladrones; en 1957, la Virgen María.

Habrá que esperar hasta 1963 para que se introduzca lo que es sin duda el momento cumbre de cada escenificación: La Crucifixión. Si bien en un primer momento se escenificó en el propio núcleo urbano, dos años después, se construyó en madera una imitación del monte Calvario en forma de pirámide truncada a varios niveles, cubriendo todo ello con ramaje y tierra. En la cumbre se sitúa a Cristo y los dos ladrones en sus cruces, con el resto de personajes en orden jerárquico descendente hasta los pies del escenario, donde se agolpan los personajes secundarios y el pueblo de Israel, en una impresionante puesta en escena.

En estos últimos años se han ido mejorando ciertos aspectos, tanto técnicos como escénicos. Por ello, no hay que olvidarse de otras escenas: La Ultima Cena, La oración del Huerto y El Prendimiento de Jesús, que se pudieron ver anoche.

Ya desde pequeños los balmasedanos beben de esta tradición con la participación en los Vía Crucis Vivientes infantiles de los barrios de La Magdalena y Santo Domingo, que se celebran el fin de semana siguiente, una inagotable cantera de esta tradición, que comenzará hoy cuando suenen los tambores de la guardia romana y todo está listo para el Juicio de Pilatos, el ahorcamiento de Judas y todos los demás acontecimientos de la Pasión, que se suceden en forma de pasos vivientes.

Y, para los más devotos, quedan los otros dos actos del día: por la tarde, la Procesión del Santo Entierro, en la que desfilan, además de los personajes y pasos del Jueves Santo, la Magdalena, la Virgen María, la Verónica, los apóstoles y otra serie de personajes de la representación de la mañana. Y ya, por la noche, la Procesión del Silencio, muy tradicional, y que congrega a muchos ciudadanos. Escoltada por lo fariseos, la procesión acompaña a la figura del Cristo del Cementerio y La Dolorosa, hasta su aposento en el Camposanto entre un silencio sepulcral

Una de las escenas de la Pasión viviente de Balmaseda, en la celebración del año pasado.

Guía práctica

- Villa monumental. Balmaseda, con más de ocho siglos de historia, representa el origen de las villas en el País Vasco. No en vano, la configuración de su conjunto urbano se convirtió en referencia para otras localidades. La Pasión Viviente es la mejor excusa para visitar el puente viejo o de la Muza, del siglo XII, paso obligado en el antiguo camino de Castilla. El puente lleva al barrio de San Lorenzo, antigua judería, desde el que se accede al convento de Santa Clara. También merecen una visita la iglesia de San Juan del Moral o los palacios de Urrutia o Horcasitas.

- Mercado medieval. El interés escénico de los vecinos de Balmaseda va más allá de la Semana Santa y de esta Pasión Viviente. También se puede disfrutar en el tradicional Mercado Medieval, que se celebra antes del verano, con el que la villa retorna a sus orígenes.

- Dormir. Hostal San Roque (94 6102268), Hostal Begoña (946 102326).

- Comer. Bar Pintxo i Blanco (637 803 516); Restaurante Los Gemelos (946 801 622); Restaurante Centenario (665 73 78 48).

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