Cartas al director

Los críticos y sus traductores

En el Babelia del pasado sábado, José María Guelbenzu firma una reseña de la novela de Salman Rushdie La encantadora de Florencia y, a pesar de que ACETT tuvo a bien distinguirlo con la designación de "escritor invitado" a las jornadas en torno a la Traducción Literaria de Tarazona en 2005; a pesar de habérsele recordado cientos de veces que los libros los traducen personas con nombre y apellido, profesionales de un oficio -vital para la cultura de cualquier país en cualquier lengua- que merece la atención y el respeto de editores, críticos y lectores; a pesar de ser él mismo un ...

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En el Babelia del pasado sábado, José María Guelbenzu firma una reseña de la novela de Salman Rushdie La encantadora de Florencia y, a pesar de que ACETT tuvo a bien distinguirlo con la designación de "escritor invitado" a las jornadas en torno a la Traducción Literaria de Tarazona en 2005; a pesar de habérsele recordado cientos de veces que los libros los traducen personas con nombre y apellido, profesionales de un oficio -vital para la cultura de cualquier país en cualquier lengua- que merece la atención y el respeto de editores, críticos y lectores; a pesar de ser él mismo un escritor amparado por la Ley de la Propiedad Intelectual -como los propios traductores, autores de pleno derecho de sus traducciones- ; a pesar de la fuerza testaruda de las cosas... Él, erre que erre: Salman Rushdie fue reconocido mundialmente por su admirable novela Los hijos de la medianoche, traducida en España por Alfaguara en 1984, y... contumaz Guelbenzu. Desmemoriado Guelbenzu. Desdeñoso Guelbenzu. Para mí, desde hoy mismo, las obras La cabeza del durmiente, La muerte viene de lejos, Esta pared de hielo y El cadáver arrepentido las ha escrito Alfaguara. Tan ricamente.

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