El informe del auditor alerta de los riesgos de Metrovacesa

Incertidumbre. Es la palabra que se repite constantemente en los dos folios de salvedades que los auditores de Deloitte han hecho a las cuentas de Metrovacesa del año pasado. La inmobiliaria, que en 2008 perdió 737 millones y acaba de traspasar su control a la banca acreedora, se enfrenta, según los auditores, a un panorama de "incertidumbre sobre la continuidad del negocio".

Pero hay más salvedades. Tras analizar los métodos de valoración de los activos y considerando las pérdidas por ventas de inmovilizado incurridas en 2008 y en enero de 2009, la evolución general de las valoraciones...

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Incertidumbre. Es la palabra que se repite constantemente en los dos folios de salvedades que los auditores de Deloitte han hecho a las cuentas de Metrovacesa del año pasado. La inmobiliaria, que en 2008 perdió 737 millones y acaba de traspasar su control a la banca acreedora, se enfrenta, según los auditores, a un panorama de "incertidumbre sobre la continuidad del negocio".

Pero hay más salvedades. Tras analizar los métodos de valoración de los activos y considerando las pérdidas por ventas de inmovilizado incurridas en 2008 y en enero de 2009, la evolución general de las valoraciones en los últimos tres meses y la situación financiera del grupo, "podrían existir minusvalías adicionales en el valor de mercado de los activos inmobiliarios no registradas en las cuentas".

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Otra salvedad afecta al acuerdo pendiente de formalizar para cancelar deudas por 234 millones. Los auditores también mencionan la valoración que Metrovacesa hace de su 27% de la francesa Gecina. El problema es que "la cotización de las acciones de Gecina es significativamente inferior a su valor real en libros y que la transmisión de los activos está pendiente de la aprobación del regulador francés".

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