Gesto reúne a cerca de 2.000 personas en Bilbao para exigir el fin de ETA
Menos de 2.000 personas recorrieron ayer el centro de Bilbao convocadas por Gesto por la Paz para exigir a ETA que ponga fin de una vez a sus 50 años de terror. Representantes institucionales y del PNV, el PSE, el PP, EA y EB se sumaron a la manifestación. También acudió la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, presente en Bilbao para recibir uno de los premios de la Fundación Sabino Arana.
La marcha, que vuelve a coincidir un año más con el Día Internacional de los Derechos Humanos, estaba encabezada por una pancarta con el lema ...
Menos de 2.000 personas recorrieron ayer el centro de Bilbao convocadas por Gesto por la Paz para exigir a ETA que ponga fin de una vez a sus 50 años de terror. Representantes institucionales y del PNV, el PSE, el PP, EA y EB se sumaron a la manifestación. También acudió la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, presente en Bilbao para recibir uno de los premios de la Fundación Sabino Arana.
La marcha, que vuelve a coincidir un año más con el Día Internacional de los Derechos Humanos, estaba encabezada por una pancarta con el lema Exigimos el fin de la violencia. ETAri dagokio ("Corresponde a ETA). Su intención era alertar para "no caer en la trampa" del entorno de la banda de "trasladar esa responsabilidad al resto de la sociedad", señaló la portavoz del colectivo pacifista, Itziar Aspurua. "No existe ninguna justificación de ETA para seguir asesinando, extorsionando y amenazando a ciudadanos", añadió en su intervención al final del recorrido. En esta línea, llamó "a seguir siendo activos en la deslegitimación de la violencia, en la solidaridad con las víctimas y en apostar por el diálogo como la herramienta básica para la práctica de la política y para la convivencia de esta sociedad".
Todos los políticos repitieron de una u otra manera su exigencia a ETA de que deje las armas. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, mantuvo que, sin ETA, Euskadi sería "un país maravilloso. Tendría una economía saneada y gente que vendría a invertir".