Necrológica:

Enrique Dumas, estampa y voz de tango

Fue uno de los primeros intérpretes que actuó en programas de televisión

Tenía 73 años, estaba en plena forma y acababa de actuar en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María, a unos 700 kilómetros de Buenos Aires. El cantante argentino Enrique Dumas falleció el domingo a causa de un ataque cardiaco. Aún mantenía el tono recio de su gola tanguera y la pinta de galán maduro que le había caracterizado y que le permitió triunfar en televisión, teatro y cine. Conoció la fama ya a los 20 años, cuando el tango, cercado por las dictaduras de turno, estaba dejando paso al rock y otros ritmos. Y justo él, que había comenzado a cantar a los 14 años en la Dixieland Jazz c...

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Tenía 73 años, estaba en plena forma y acababa de actuar en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María, a unos 700 kilómetros de Buenos Aires. El cantante argentino Enrique Dumas falleció el domingo a causa de un ataque cardiaco. Aún mantenía el tono recio de su gola tanguera y la pinta de galán maduro que le había caracterizado y que le permitió triunfar en televisión, teatro y cine. Conoció la fama ya a los 20 años, cuando el tango, cercado por las dictaduras de turno, estaba dejando paso al rock y otros ritmos. Y justo él, que había comenzado a cantar a los 14 años en la Dixieland Jazz con el seudónimo de Hugo Randall, terminó siendo puntal del resurgimiento de la música porteña por su estampa, simpatía, el timbre recio de voz y su estilo interpretativo.

Enrique Rodríguez Acha -su verdadero nombre- nació en La Plata y, con Julio Sosa y Edmundo Rivero, relevó a los barítonos atenorados, de voces melodiosas, dándole otro acento al tango.

El pianista Carlos Figari, tras abandonar la orquesta de Aníbal Troilo, empezó una nueva andadura en 1955 junto con esta joven revelación que enseguida se ganó los aplausos de los amantes del tango y de las damas que lo eligieron como paradigma del cantante galán.

Radio Splendid les consagró rápidamente, aunque fue gracias al auge de las cadenas de televisión privadas argentinas que el estilo y la simpatía de Dumas se impusieron con fuerza. Actuó en programas de mucha audiencia como Esquina de tango, La familia Gesa, Yo te canto Buenos Aires, El show de Antonio Prieto y Grandes valores del tango, entre otros. Se zambulló en el teatro junto a Olinda Bozán y Alberto Anchart, en una versión de La muchachada del centro; en Buenos Aires de seda y percal, con músicos y colegas destacados como Mariano Mores, Néstor Fabián o Susy Leiva. También se lució en el legendario sainete El conventillo de la Paloma, o en Aplausos, con Libertad Lamarque y Juan Carlos Thorry.

En la década de los sesenta participó en varias películas, entre otras: Bicho raro, Flor de piola y Viaje de una noche de verano. Encarnó en teatro nada menos que a Santos Vega, el personaje poético de Rafael Obligado que compitió con el Martín Fierro de José Hernández. Participó también en Tangos en El Dante, junto a Aníbal Troilo y Tito Lusiardo; Yo canto a mi Argentina, con Mores, Lusiardo y Héctor Gagliardi; Buenos Aires, todo tango, con Beba Bidart, Horacio Salgán y Ubaldo de Lío, y una larga lista. En 2003, viajó a Japón acompañando a la orquesta conducida por el bandoneonista Carlos Galván y volvió a registrar un gran éxito. También cantó con el gran maestro Osvaldo Pugliese.

Había sobrevivido a un infarto dos décadas atrás y a un terrible accidente de automóvil, que sufrió cuando regresaba de una gira. Se caracterizó por su sentido de la amistad, el amor por su familia y los que tuvimos la suerte de coincidir con él en televisión o en radio apreciamos siempre esa campechanía que fue su santo y seña y no abandonó ni en los instantes de mayor éxito.

'Buenos Aires, sos tango'

Dumas dejó muestras de su profesionalidad y buen gusto en la película Buenos Aires, sos tango, en la que aparece cantando e interpretando secuencias junto a Aníbal Troilo, Edmundo Rivero y Beba Bidart, además de otros artistas.

En 1961 se independizó y, como solista, logró sus mayores éxitos aunque volvió a grabar con Figari y otros conjuntos como Mariano Mores o Roberto Pansera. En la actualidad, realizaba giras por Argentina junto a su íntimo amigo, el locutor Silvio Soldán, hasta el infarto que sufrió el domingo. Cuatro médicos intentaron salvarle pero él no consiguió recuperarse. Se le puede recordar con los versos del payador Santos Vega que tan bien interpretara en teatro: "Cuando la tarde se inclina / sollozando al occidente, / corre una sombra doliente / sobre la Pampa argentina. / Y cuando el sol ilumina / con luz brillante y serena / del ancho campo la escena, / la melancólica sombra / huye besando su alfombra / con el afán de la pena".

Enrique Dumas.

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