El sector de automoción sólo solicitó siete de los 10 millones de la Xunta
Los sindicatos, "sorprendidos" de que no se hayan agotado todas las ayudas
El fondo de ayudas para cursos de formación en el sector auxiliar del automóvil habilitado en el mes de diciembre por las consellerías de Traballo y Economía "no llegó a cubrirse en su totalidad", según Manuel García, secretario general MCA-UGT Galicia. La partida aportada por el Gobierno gallego ascendió a 6,7 millones de un presupuesto inicial de 10, por lo que más de tres millones de euros no fueron aprovechados. En total, 7.283 trabajadores se beneficiaron del plan en 90 empresas, que recibieron una ayuda única para la formación a cambio de no presentar expedientes de regulación de empleo ...
El fondo de ayudas para cursos de formación en el sector auxiliar del automóvil habilitado en el mes de diciembre por las consellerías de Traballo y Economía "no llegó a cubrirse en su totalidad", según Manuel García, secretario general MCA-UGT Galicia. La partida aportada por el Gobierno gallego ascendió a 6,7 millones de un presupuesto inicial de 10, por lo que más de tres millones de euros no fueron aprovechados. En total, 7.283 trabajadores se beneficiaron del plan en 90 empresas, que recibieron una ayuda única para la formación a cambio de no presentar expedientes de regulación de empleo (ERE). Esta medida fue autorizada a finales de noviembre con el objetivo de paliar los efectos de la crisis. Para recibir el dinero, cada sociedad tuvo que firmar un convenio que fijaba subvenciones por un máximo de 400.000 euros.
A la vista del panorama que presenta el sector de componentes, los responsables de UGT se mostraron ayer sorprendidos por la pérdida de buena parte de las ayudas. García admitió que, en el seno de la Mesa del Automóvil de Galicia, donde se negociaron las cantidades, incluso pensaban que la dotación inicial "se iba a quedar corta". Las 90 empresas beneficiadas pertenecían al cluster del sector (Ceaga) y la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia. Además, cualquier pyme cuya facturación dependiese en un 40% de la industria del automóvil pudo acogerse a estas líneas.
Ahora, sin posibilidad de echar mano de ese fondo, los sindicatos ven casi inevitables los ERE. Por parte de UGT, que ayer celebró en Vigo una multitudinaria asamblea para informar a sus afiliados de qué está pasando en Citroën, la consigna está clara: sus delegados no apoyarán ningún expediente que no garantice el 100% del salario a los trabajadores, lo que equivale a que las empresas aporten el 30% que no cubre el Inem.
Según UGT, unos 400.000 asalariados en España dependen de este sector, que está "en una situación extremadamente crítica por la falta de financiación". Los bancos han cortado el grifo de la liquidez, "y si esto continúa, el Gobierno debería nacionalizar alguna entidad bancaria". En este aspecto, la postura de UGT coincide por primera vez con los postulados de la CIG.
La central nacionalista viene reclamando desde el inicio de la crisis un cambio radical en el sistema financiero "que ponga el dinero en manos de las familias y las empresas". Lo que sí valora muy positivamente UGT es "el esfuerzo" que PSA Peugeot Citroën está haciendo para evitar medidas traumáticas en Vigo, algo que, sin embargo, no se descarta a medio plazo.
"Vamos a pelearnos para que no se presente un ERE o, si lo hay, que sea lo más tarde posible". Rubén Pérez, del comité de empresa de la multinacional francesa, ve alguna luz entre todas las sombras del momento actual: "En los próximos meses recuperaremos la exclusividad en la fabricación del Xsara Picasso, eso es muy importante".
Las regulaciones solicitadas hasta el momento por 48 empresas proveedoras de Citroën afectan ya a 4.013 trabajadores en Galicia. Sólo en las últimas dos semanas, las firmas de componentes han tramitado este procedimiento para suspender temporalmente a unos 1.000 operarios de talleres. La escasa contratación eventual que aún se mantiene desaparecerá en los próximos meses, tanto en Citroën como en sus auxiliares. El temor comienza a centrarse en el empleo estable, aunque los sindicatos creen que por el momento "está garantizado". No quieren ni oír hablar de que también pueda destruirse.