Prostitución en la rambla del Raval

Ante la presión, movimiento. Las mujeres que ejercen la prostitución en las calles de Robadors y Sant Ramon -donde contactan con los clientes- se están desplazando poco a poco hacia la rambla del Raval. La presión de la Guardia Urbana -ejercida de forma discontinua pero constante-, además de las obras que se hacen en una de las fincas de la calle de Robadors y en el solar de la futura Filmoteca, han hecho que las mujeres se hayan desplazado hacia la vecina rambla. Y en los últimos días se las puede ver -con bastante discreción- en la parte final de la rambla, entre la nueva plaza que ha creado...

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Ante la presión, movimiento. Las mujeres que ejercen la prostitución en las calles de Robadors y Sant Ramon -donde contactan con los clientes- se están desplazando poco a poco hacia la rambla del Raval. La presión de la Guardia Urbana -ejercida de forma discontinua pero constante-, además de las obras que se hacen en una de las fincas de la calle de Robadors y en el solar de la futura Filmoteca, han hecho que las mujeres se hayan desplazado hacia la vecina rambla. Y en los últimos días se las puede ver -con bastante discreción- en la parte final de la rambla, entre la nueva plaza que ha creado la Illa Robadors y el hotel Raval y la calle de Sant Pau. A ellas se las ve y, no demasiado lejos, también a los proxenetas que las controlan.

Así que, ahora, los clientes se desplazan hacia la rambla, también de una manera bastante discreta.

La presión policial sobre la prostitución callejera en esa zona de Ciutat Vella ha ido aumentando progresivamente. Y la aplicación de la ordenanza del civismo en ese capítulo, también. Por ejemplo, el Consistorio ha ejecutado algún embargo de las cuentas corrientes de las mujeres por ofrecer sus servicios en la calle. Los clientes que son multados siguen optando por el pronto pago si viven en Barcelona. En caso contrario, no pagan.

Esta presión ha sido denunciada por algunos colectivos que representan a ese sector y que reivindican la libertad de las mujeres para ejercer la prostitución en la calle.

A las patrullas habituales de la policía -Mossos y Guardia Urbana- en esa zona del Raval se sumó ayer el despliegue para el desalojo del último vecino del número 29 de Robadors. Así que durante buena parte de la mañana no se vio un alma.

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