Llegan los reyes del 'punk gitano'

El cineasta Emir Kusturica no es el único que ha logrado una notable repercusión rescatando ritmos tradicionales balcánicos. Gogol Bordello, un conjunto con base en Nueva York, aunque formado por músicos de distintas nacionalidades, se ha hecho un hueco importante en la escena independiente uniendo esas alegres cadencias folclóricas con la energía del punk. Gypsy punk (punk gitano) es la etiqueta que se coloca recurrentemente a un conjunto que cierra en Barakaldo el periplo español de la gira en la que presenta Super taranta!, su segundo álbum.

"Hasta ahora é...

El cineasta Emir Kusturica no es el único que ha logrado una notable repercusión rescatando ritmos tradicionales balcánicos. Gogol Bordello, un conjunto con base en Nueva York, aunque formado por músicos de distintas nacionalidades, se ha hecho un hueco importante en la escena independiente uniendo esas alegres cadencias folclóricas con la energía del punk. Gypsy punk (punk gitano) es la etiqueta que se coloca recurrentemente a un conjunto que cierra en Barakaldo el periplo español de la gira en la que presenta Super taranta!, su segundo álbum.

"Hasta ahora éramos considerados principalmente una buena banda de directo, pero desde que publicamos Super taranta! somos, de pronto, los Pink Floyd del gypsy punk. Componer canciones siempre ha sido el aspecto más importante para nosotros, aunque quizá ahora hemos ganado coherencia", explicaba hace dos semanas Eugene Hutz desde Moscú. El cantante y guitarrista de Gogol Bordello cita a Vladimir Visotsky, Camarón, The Clash, Manu Chao, The Stooges y Slayer entre sus ídolos y prevé que en Barakaldo irá a verles un público variopinto. "A nuestros conciertos va gente con camisetas de Manu Chao y Sepultura, chavales de 15 años y gente que aparenta 90", indica.

Fran Perea retoma en un nuevo montaje el mito de Don Juan Tenorio

MÚSICA Carga política

The (International) Noise Conspiracy es otro grupo peculiar que ha cobrado peso en la escena underground. El principal rasgo distintivo del conjunto sueco consiste en añadir una fuerte carga política y social a los textos de sus canciones, constantes críticas a las debilidades del capitalismo y la globalización con fondo de garage y psicodelia. Estos estilos y reminiscencias de The Who, The Doors y The Clash están muy presentes en The cross of my calling, su cuarto álbum, que ha sido producido por Rick Rubin.

Igual que se quiere importar la fiesta de Halloween, en Euskadi se ha convertido en costumbre escuchar gospel cuando se acerca la Navidad. Este fin de semana actuarán tres grupos de música religiosa en Barakaldo y San Sebastián. El más famoso es el Mississippi Mass Choir, un clásico del género, fundado hace 20 años por Frank Williams, miembro de los Jackson Southernaires, que ha despachado millones de discos y ganado algún premio Grammy. La oferta se completa con la formación de Tye Tribbett, cantante próximo al lenguaje del soul y del hip hop que ha colaborado con Will Smith, Justin Timberlake y Sting, y con Joshua Nelson, que mostrará junto al grupo Klezmatic las conexiones existentes entre el gospel y el klezmer, la música característica de los judíos de Europa Oriental.

La Coral San Antonio de Iralabarri y el Coro del Vinalopó, de Novelda (Alicante), preparan desde septiembre su intervención estelar en el concierto benéfico Bilbao Solidario, organizado por la coral bilbaína con la colaboración de Radio Bilbao, de la SER. Tras entonar dos piezas del Canto general de Mikis Theodorakis, canciones populares vascas y valencianas y algún villancico, sus 150 voces respaldarán a El Consorcio en su primera actuación con una gran coral. Para ocasión tan especial, el quinteto ha preparado un repertorio con temas de Mocedades, Sergio y Estíbaliz y Los Mitos, otros grupos en que han participado sus componentes. Los Mitos, en el que supone su regreso a los escenarios, y el cantautor Urko pondrán la guinda a la velada.

TEATRO Nueva edición de Txoroleku

El estreno de La casa del abuelo servirá para inaugurar una nueva edición del ciclo de teatro infantil Txoroleku. El nuevo montaje de La Rous, escrito, dirigido e interpretado por la granadina Rosa Díaz, habla de "la muerte de un ser querido y de que la vida continúa, de que hay que asumir la muerte de una manera muy tranquila y muy natural". La propia Díaz maneja varios títeres y objetos en una historia llena de fantasmas y recuerdos que cobra sabor añejo con guiños a la música y la publicidad de hace medio siglo.

Después de darse a conocer en la serie de televisión Los Serrano y ratificarse como un ídolo más para adolescentes en su rol de cantante, Fran Perea sigue labrándose su carrera de actor retomando el mito de Don Juan Tenorio. Perea protagoniza una nueva versión de El burlador de Sevilla en la que el clásico de Tirso de Molina se presenta como "un exponente de la impunidad y la corrupción en una España monárquica". Son palabras del director y adaptador Emilio Hernández, para quien "el ideal de humanidad, el quijotismo español, tiene un feroz reverso de la medalla en el Don Juan individualista y asocial, un hombre español y cosmopolita, desengañado de un ideal por el que luchar, y que lucha por su capricho, por los dictados de su real gana".

DANZA Estrenos en Dantzaldia

Dantzaldia retoma su programación con el estreno en España de cuatro piezas de la compañía de Henri Oguike. Little Red, Touching All, All Around y Green in Blue son los títulos de esas creaciones del coreógrafo galés en las que la música (composiciones de Vivaldi, ritmos mexicanos y jazz) comparte protagonismo con el enérgico movimiento de los bailarines. De hecho, la de Green in Blue es interpretada en vivo por el cuarteto Iain Ballamy's Jazz Band.

En la programación de danza también destaca V-L-H, espectáculo que toma su nombre de las iniciales de Vaulnaveys-le-Haut, una localidad de los Alpes franceses en el que el coreógrafo Jean Claude Gallotta halló la inspiración para crear sus coreografías. Tal es el nexo común de cuatro piezas sobre la vida, el amor y la muerte que pretenden revelar intimidades y, en el caso de Sunset Fratell, sirven al autor para exorcizar sus fantasmas particulares, como el recuerdo de los cadáveres de dos motoristas que vio junto a una carretera hace dos años.