Jorge Federico Osorio sienta cátedra en A Coruña y Santiago

El pianista mexicano Jorge Federico Osorio mostró en el recital del martes en A Coruña su maestría desde las cuatro piezas de Brahms que abrían el programa. Tras éstas, el mejor Chopin: su Sonata nº 3 sonó llena de fuerza, rica de matices y sensible. En la Sonata nº 5 de Prokofiev, el pianista demostró todo el sarcasmo y la irónica solemnidad del autor que mejor supo brujulear en la URSS de Stalin.

Ayer en Santiago, Obertura Egmont y Concierto nº 4 para piano de Beethoven, más la Segunda de Schubert. El concierto, sutil y preñado de emoción, recibió de...

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El pianista mexicano Jorge Federico Osorio mostró en el recital del martes en A Coruña su maestría desde las cuatro piezas de Brahms que abrían el programa. Tras éstas, el mejor Chopin: su Sonata nº 3 sonó llena de fuerza, rica de matices y sensible. En la Sonata nº 5 de Prokofiev, el pianista demostró todo el sarcasmo y la irónica solemnidad del autor que mejor supo brujulear en la URSS de Stalin.

Ayer en Santiago, Obertura Egmont y Concierto nº 4 para piano de Beethoven, más la Segunda de Schubert. El concierto, sutil y preñado de emoción, recibió de Osorio, Ros Marbà y la Real Filharmonía de Galicia el mimo de una lectura ordenada y la fuerza de una recia partera para sacar su música del seno de la partitura y exponerla al sentir del público.

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