Un soborno de película
La naturaleza imita al arte. El pasado día 20, Manuel Barrera, primer teniente de alcalde de la localidad alicantina de San Fulgencio, miembro de la Agrupación Independiente Mediterráneo (AIM), fue detenido bajo la acusación de haber aceptado un soborno por parte de unos promotores interesados en favorecer un plan urbanístico que incluía la construcción de un puerto deportivo, un campo de golf y varios cientos de viviendas.
La acusación se apoyaba en una grabación en DVD en la que se observaba cómo los empresarios entregan al edil 5.000 euros a cuenta de su colaboración, que acepta dici...
La naturaleza imita al arte. El pasado día 20, Manuel Barrera, primer teniente de alcalde de la localidad alicantina de San Fulgencio, miembro de la Agrupación Independiente Mediterráneo (AIM), fue detenido bajo la acusación de haber aceptado un soborno por parte de unos promotores interesados en favorecer un plan urbanístico que incluía la construcción de un puerto deportivo, un campo de golf y varios cientos de viviendas.
La acusación se apoyaba en una grabación en DVD en la que se observaba cómo los empresarios entregan al edil 5.000 euros a cuenta de su colaboración, que acepta diciendo que él "no regala" su trabajo.
Hasta aquí, normal, diría un cínico. Pero una semana después eran detenidos la alcaldesa, Trinidad Martínez, socialista, cuatro de sus concejales y el abogado del Consistorio, acusados de haber urdido el montaje del aparente soborno, grabado con cámara oculta con la colaboración de unos detectives contratados para hacerse pasar por promotores inmobiliarios.
¿Verdad que parece sacado de una película de Berlanga? Y ¿no es propio de un guión de Azcona la escena en la que, dos días antes de la detención del teniente de alcalde, la alcaldesa se adelanta a destituirle como concejal de Hacienda, Comercio y Turismo en un dramático pleno en el que -a la manera en que el comandante del fuerte arranca los galones al sargento que ha deshonrado su uniforme- le conmina a "devolver los teléfonos móviles de los que disponga con cargo a este Ayuntamiento"?
El así puesto en evidencia no ha encontrado mejor argumento para defenderse que alegar que le dijeron que los 5.000 euros eran la primera entrega de una donación mensual a su partido hasta las siguientes elecciones. Pero tuvo que reconocer que ningún otro miembro del AIM conocía tal donación.
Aquí debería terminar la película, pero el guionista aún conservaba un último golpe de efecto: ante la situación de emergencia, y en una comunidad en la que se imparte Ciudadanía en lengua inglesa, la alcaldía ha tenido que ser asumida por el concejal Mark Lewis, ciudadano británico que no habla español. La naturaleza (humana) imita al (séptimo) arte.