El Gobierno intenta maquillar su gestión llenando la Cámara de proyectos

Trece textos se agolpan en el Parlamento, muchos sin posibilidad de salir

"El actual Gobierno es como el mal estudiante, que deja los deberes para última hora y así es muy difícil que pase de curso". La frase del parlamentario del PSE Óscar Rodríguez retrata la situación creada en la recta final de esta legislatura, con un Parlamento atiborrado de proyectos de ley, en muchos casos condenados al fracaso por la falta de tiempo material para su debate, ya que la Cámara bajará la persiana a finales de diciembre. El Gobierno trata de maquillar de alguna forma su gestión con la remisión de estos textos a última hora, cuando la Cámara se prepara para el debate de los presu...

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"El actual Gobierno es como el mal estudiante, que deja los deberes para última hora y así es muy difícil que pase de curso". La frase del parlamentario del PSE Óscar Rodríguez retrata la situación creada en la recta final de esta legislatura, con un Parlamento atiborrado de proyectos de ley, en muchos casos condenados al fracaso por la falta de tiempo material para su debate, ya que la Cámara bajará la persiana a finales de diciembre. El Gobierno trata de maquillar de alguna forma su gestión con la remisión de estos textos a última hora, cuando la Cámara se prepara para el debate de los presupuestos, que tiene prioridad sobre cualquier otro, y después de haber centrado buena parte de su actividad en la propuesta de consulta, finalmente anulada por el Constitucional.

La Mesa calificó la pasada semana cuatro proyectos de ley de una tacada
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La situación que se ha creado es como una especie de embudo, donde los proyectos se agolpan y quedan aparcados sin poder darles salida. Por ejemplo, la Mesa del Parlamento calificó el pasado día 13 hasta cuatro proyectos de ley de una tacada. El parlamentario del PP y secretario de la Mesa, Carmelo Barrio, se queja de que el Ejecutivo presenta los textos "sabiendo que no se van a aprobar. Se trata de una justificación política de los compromisos que asumió [el Gobierno] al comienzo de la legislatura". Y a los proyectos que se acumulan hay que sumar los anuncios que han realizado algunos consejeros ee sus intenciones de mandar más en noviembre. Son los casos de los proyectos de ley de Vivienda y la reforma de los modelos lingüísticos. Este último lo tiene muy complicado, dada la complejidad que entraña el texto y la falta de apoyos entre la oposición.

Varios factores explican esta sobreabundancia de trabajo para la Cámara cuando menos tiempo tiene para el debate. Por un lado, la oposición se lamenta de los "tres años y medio" que el lehendakari Ibarretxe ha estado enfrascado con la consulta soberanista. "Ha dedicado todos los esfuerzos a eso y ahora, cuando se acerca la contienda electoral y ha visto que no tiene ninguna posibilidad de sacar adelante lo que le ha obsesionado, trata de aparentar que es buen estudiante", dice Rodríguez. El parlamentario socialista destaca que no hay proyecto que el Gobierno haya presentado ahora que no hubiese podido entrar en el Parlamento en el primer año de legislatura.

Por otra parte, la minoría del Ejecutivo le retrae a la hora de mandar textos y le obliga a un esfuerzo extra de negociación con la oposición, a atar todos los proyectos con PSE, PP o EHAK antes para evitar que después se los echen abajo. El consejero de Empleo, Justicia y Seguridad Social, Joseba Azkarraga, ha seguido esa pauta y ha pactado con el PSE previamente el proyecto de ley de Familia y el de Garantía de Ingresos e Inclusión Social. Sin embargo, ninguno de los dos avanza al ritmo deseado y pueden resultar atropellados.

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"Se trata de engordar la cartera de proyectos, sin más", resalta Barrio, quien pronostica que los últimos cuatro proyectos de ley remitidos casi a la vez por el Gobierno "serán de una calidad pésima. Sabiendo que no van a salir aprobados, el Gobierno habrá hecho una faena de aliño en detrimento de su calidad legislativa".

El salón de plenos del Parlamento vasco, durante un debate.PRADIP J. PHANSE

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