Cartas al director

CEOE: ideas en crisis

Si hay algo en lo que todos los analistas coinciden es en que la crisis económica que estamos atravesando se debe a una quiebra del sistema financiero agravada por la subida del petróleo. Pues bien, parece que el señor Díaz Ferrán, presidente de la patronal CEOE, no se ha enterado del origen de la crisis y ha aprovechado esta fase de incertidumbre para volver a colar la eterna aspiración de los patronos españoles: la bajada del despido y la flexibilización del mercado laboral, culpabilizando sibilinamente de la crisis a lo caro que salimos los trabajadores de este país.

Es curioso cómo ...

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Si hay algo en lo que todos los analistas coinciden es en que la crisis económica que estamos atravesando se debe a una quiebra del sistema financiero agravada por la subida del petróleo. Pues bien, parece que el señor Díaz Ferrán, presidente de la patronal CEOE, no se ha enterado del origen de la crisis y ha aprovechado esta fase de incertidumbre para volver a colar la eterna aspiración de los patronos españoles: la bajada del despido y la flexibilización del mercado laboral, culpabilizando sibilinamente de la crisis a lo caro que salimos los trabajadores de este país.

Es curioso cómo se insiste en la moderación salarial cuando estamos a la cola de la Unión Europea en poder adquisitivo, incluso en periodos recientes de grandes beneficios para las empresas españolas. Lo cierto es que en España no hay demasiados convenios que fijen como parte del salario pagas extraordinarias de beneficios obtenidos por la empresa en el correspondiente ejercicio, instrumento muy aconsejable para hacer partícipes a los trabajadores de periodos de "vacas gordas", y por el contrario apretarse el cinturón en fases de menos ingresos como la actual, pero aun así se insiste en la falsa idea de la contención de los salarios.

Por otro lado, la flexibilidad no puede ser sinónimo de precariedad, y en España estos dos términos se han confundido durante demasiado tiempo. Es la hora de propuestas serias e imaginativas, no de vieja retórica.

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