La película más esperada
El Zinemaldia estrena hoy 'Tiro en la cabeza' bajo la conmoción de los tres últimos atentados de ETA
Es uno de los filmes más esperados de la Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián. Y no sólo porque Tiro en la cabeza sea la última obra dirigida por Jaime Rosales (Barcelona, 1970), cuyo trabajo mereció el reconocimiento en los últimos Premios Goya, sino por la naturaleza estremecedora y actual del asunto que aborda: el asesinato de dos jóvenes guardias civiles en diciembre pasado por tres etarras tras un encuentro fortuito en una cafetería de Capbreton (Las Landas, en el sur de Francia). Si el filme ya era uno de los que más expectación ha despertado en el Zinemaldia, los...
Es uno de los filmes más esperados de la Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián. Y no sólo porque Tiro en la cabeza sea la última obra dirigida por Jaime Rosales (Barcelona, 1970), cuyo trabajo mereció el reconocimiento en los últimos Premios Goya, sino por la naturaleza estremecedora y actual del asunto que aborda: el asesinato de dos jóvenes guardias civiles en diciembre pasado por tres etarras tras un encuentro fortuito en una cafetería de Capbreton (Las Landas, en el sur de Francia). Si el filme ya era uno de los que más expectación ha despertado en el Zinemaldia, los últimos atentados de ETA, condenados ayer por la organización del certamen, le han otorgado todavía mayor actualidad.
Poco se ha avanzado de la película. La productora no ha realizado un pase previo a la prensa especializada antes del festival. Rosales ha declarado que la concibió en el momento en el que tuvo conocimiento del crimen: "Me perturbó mucho; en realidad no era un atentado, sino un encuentro fortuito, evitable y a la vez terrorífico". Quizá por ello planeó enseguida dirigir una película y concretar un guión. Y tardó apenas dos meses en poner en marcha el rodaje, para el que sólo necesitó 15 días.
Rosales se desplazó a San Sebastián donde filmó, en la más absoluta discreción, esta cinta que protagoniza Ion Arretxe, un colaborador suyo que intervino como director artístico y diseñador de producción en su premiada La soledad. Tampoco ha querido usar actores profesionales, ya que, salvo Arretxe, los otros actores se limitan a ser meros figurantes. Rodada con teleobjetivos, no tiene diálogos. Los personajes hablan, pero apenas se eschucha lo que dicen debido a la distancia de la cámara. "El que no haya sonido te permite radiografiar la psicología", reconoce su realizador.
En definitiva, es una reflexión sobre la violencia del ser humano en general, y la de ETA en especial. "Creo en el ser humano", ha dicho su director. "A veces cogemos caminos equivocados y tenemos que deshacer parte de lo andado y retomar el sendero bueno, con éste y otros problemas. Espero que la película contribuya a esa toma de conciencia".
Cuatro largos en el Día del Cine Vasco
La producción del cine vasco se resume este año en cuatro largometrajes -dos de ficción y otros dos documentales- que se estrenarán mañana, miércoles, dentro del Día del Cine Vasco, que se celebra en el marco del Zinemaldia. Los cuatro títulos se proyectarán a lo largo de la jornada en una sala de los cines Príncipe. Uno de ellos, La casa de mi padre, que protagonizan Carmelo Gómez, Juan José Ballesta y Verónica Echegui, bajo la dirección del donostiarra Gorka Merchán, se mostrará en una gala de clausura de la jornada en el Teatro Victoria Eugenia. Los otros estrenos son Omertá, de Pavel Giroud, y los documentales Vivir con las botas puestas, de Lourdes Bañuelos, y Motema na nagai, de Juan Miguel Gutiérrez.
Al tiempo, una sección informativa paralela acogerá en otra sala la proyección de siete largos ya estrenados de la reciente producción vasca. La intención de la jornada es servir de escaparate de la producción propia ante la crítica y los medios especializados desplazados al festival. Aquí se proyectarán La crisis carnívora, Los cronocrímenes, Betizu eta urrezko zintzarria, Un lugar en el cine, Haizea eta sustraiak, Nevando voy> y Ama Lur.