La realidad estropea las previsiones

Fue una negociación muy larga y muy compleja. "El parto del elefante", lo llamó Gonzalo Pino, secretario general de UGT en la planta de Ford en Almussafes. Empezó en 2005 y concluyó en el verano de 2007, con la firma de un acuerdo entre Ford Europa y el sindicato que domina con una mayoría abrumadora (en torno al 80%) la fábrica. El objetivo: garantizar la continuidad de la factoría. Los términos: la compañía se comprometió a invertir 420 millones de euros y a mantener la plantilla durante cinco años; los trabajadores aceptaron, por su parte, moderar sus reivindicaciones salariales en las nego...

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Fue una negociación muy larga y muy compleja. "El parto del elefante", lo llamó Gonzalo Pino, secretario general de UGT en la planta de Ford en Almussafes. Empezó en 2005 y concluyó en el verano de 2007, con la firma de un acuerdo entre Ford Europa y el sindicato que domina con una mayoría abrumadora (en torno al 80%) la fábrica. El objetivo: garantizar la continuidad de la factoría. Los términos: la compañía se comprometió a invertir 420 millones de euros y a mantener la plantilla durante cinco años; los trabajadores aceptaron, por su parte, moderar sus reivindicaciones salariales en las negociaciones de los próximos convenios (el actual, por cierto, concluye en diciembre); a renunciar a una hipotética reducción de jornada, y a flexibilizar sus periodos de vacaciones en función de las necesidades de producción.

El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal presentado ayer por la compañía supone, sin embargo, un baño de realidad para ambas partes. La situación económica es hoy totalmente distinta de la que sirvió de escenario para la negociación. Ford explicaba ayer que la medida tenía su origen en una caída "inimaginable" de las ventas, que había originado un problema de sobreproducción.

A pesar de los duros reproches que los sindicatos minoritarios (con CC OO a la cabeza), opuestos desde el principio al acuerdo del año pasado, dirigieron ayer a la empresa y sobre todo a UGT ("el pacto sólo ha servido para recortar derechos de los trabajadores", afirmó el delegado de CC OO, Miquel Rosaleny), Gonzalo Pino mantuvo ayer su defensa.

"Si no fuera por ese acuerdo este ERE no sería temporal", afirmaba el secretario general de UGT en la fábrica. Y la plantilla se enfrentaría a la negociación del nuevo convenio "como muchas otras fábricas y sectores", es decir, sin el escudo protector de lo firmado y en un contexto de caída de ventas y severa crisis económica.

Para el sindicato mayoritario, y así lo destacó ayer Pino, el acuerdo sigue plenamente en vigor en lo importante: Ford se ha comprometido a no eliminar puestos de trabajo (al menos de forma definitiva) durante el próximo lustro, a realizar una importante inversión y a aumentar la producción con la llegada del Fiesta Trail Concept, el nuevo modelo del automóvil que dejará de producirse el 29 de septiembre, el mismo día que empezará el ERE.

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