Varios jóvenes apalean a un conductor del tranvía que les recriminó fumar porros dentro

Los Mossos d'Esquadra están tratando de localizar al grupo de jóvenes que, el pasado sábado, apaleó a un conductor del Trambesòs en la estación de Sant Adrià. La víctima y un revisor de billetes del tranvía recriminaron a los adolescentes por fumar porros en el interior del convoy. Éstos se negaron a hacer caso y el conductor les pidió que bajaran del tranvía. Fue entonces cuando los jóvenes se acercaron al hombre, le amenazaron y le propinaron golpes por todo el cuerpo.

El revisor y los pocos pasajeros que se encontraban en la estación -era de noche- acudieron en ayuda de la víctima. L...

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Los Mossos d'Esquadra están tratando de localizar al grupo de jóvenes que, el pasado sábado, apaleó a un conductor del Trambesòs en la estación de Sant Adrià. La víctima y un revisor de billetes del tranvía recriminaron a los adolescentes por fumar porros en el interior del convoy. Éstos se negaron a hacer caso y el conductor les pidió que bajaran del tranvía. Fue entonces cuando los jóvenes se acercaron al hombre, le amenazaron y le propinaron golpes por todo el cuerpo.

El revisor y los pocos pasajeros que se encontraban en la estación -era de noche- acudieron en ayuda de la víctima. Los adolescentes huyeron del lugar, avanzó ayer El Periódico de Catalunya. Las cámaras de vigilancia de la línea del tranvía en el Besòs captaron las imágenes de los jóvenes entrando y saliendo del convoy, aunque no el momento de la agresión, explicó un portavoz de los Mossos d'Esquadra.

El hombre tuvo que ser trasladado a un centro sanitario y precisó asistencia médica, aunque ya se encuentra en casa. Los investigadores están analizando la cinta de vídeo para determinar cuántos jóvenes participaron en la pelea y conocer su identidad.

El tranvía del Besòs tuvo que funcionar durante varias semanas con dotaciones de los Mossos d'Esquadra porque la mayoría de la gente no pagaba y, si algún empleado les recriminaba la situación, se encaraban con él de forma poco amistosa. La operación para garantizar los ingresos a la empresa privada que explota el tranvía supuso un coste de medio millón de euros para el erario público.

Suprimido el servicio, el tranvía del Besòs ha vuelto a ser un lugar poco acogedor. La reacción de la empresa tras conocer los hechos fue intentar de ocultarlos aduciendo que se trataba de un "asunto privado".

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