Nueva York pospone la decisión sobre Iberdrola y Energy East

Iberdrola sigue a la espera. La compra de la eléctrica y gasista estadounidense Energy East volvió a posponerse ayer. Esta vez la culpa es de dos de los miembros de la Comisión de Servicios de Nueva York, que ayer estaban indispuestos. No acudieron a la reunión de este organismo, que debía dar luz verde o el veto a una operación de 6.400 millones de euros que empezó a gestarse en verano de 2006 y lleva esperando el visto bueno de las autoridades desde junio de 2007.

La decisión sobre la compra, fijada en 3.400 millones en activos y la asunción de una deuda de otros 3.000 millones, podrí...

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Iberdrola sigue a la espera. La compra de la eléctrica y gasista estadounidense Energy East volvió a posponerse ayer. Esta vez la culpa es de dos de los miembros de la Comisión de Servicios de Nueva York, que ayer estaban indispuestos. No acudieron a la reunión de este organismo, que debía dar luz verde o el veto a una operación de 6.400 millones de euros que empezó a gestarse en verano de 2006 y lleva esperando el visto bueno de las autoridades desde junio de 2007.

La decisión sobre la compra, fijada en 3.400 millones en activos y la asunción de una deuda de otros 3.000 millones, podría tener otra oportunidad la próxima semana. "Estamos intentando celebrar una sesión especial el próximo 3 de septiembre", explicó el presidente del órgano regulador, Garry Brown, pocos minutos después de iniciarse la reunión. Fuentes de Iberdrola se mostraron sorprendidas por el aplazamiento, y explicaron que les habían comunicado que al menos uno de los comisionados faltó por estar enfermo.

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La eléctrica española esperaba obtener el veredicto definitivo de las autoridades neoyorquinas, que hasta ahora han mostrado algunas reticencias por miedo a problemas de competencias, subidas de precios o futuras compras sobre Iberdrola. De hecho, aunque diera su aprobación, podría imponer condiciones que la española estudiaría para decidir si sigue adelante.

Energy East opera en cinco Estados de EE UU (Nueva York, Maine, Massachusetts, New Hampshire y Connecticut). Aportaría a Iberdrola tres millones de clientes y aumentaría un 25% su energía distribuida.

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