Reportaje:

La chica que no quiso ser una suicida

Una adolescente iraquí se entrega a la policía con un chaleco de explosivos

Armada con un chaleco cargado de explosivos, una adolescente de pelo rojizo se acercó el pasado domingo a una patrulla de la policía iraquí. Se detuvo frente a los cuatro agentes e hizo algo que echó por tierra el plan que los terroristas habían diseñado: en lugar de explotarse, habló a los policías y les explicó que llevaba una bomba adosada al cuerpo. Y les dijo que no quería llevar a cabo ningún atentado, que no quería morir ni ser una terrorista suicida.

La ciudad de Baquba, capital de la provincia suní de Diyala, una de las más conflictivas en un Irak que poco a poco ve cómo se red...

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Armada con un chaleco cargado de explosivos, una adolescente de pelo rojizo se acercó el pasado domingo a una patrulla de la policía iraquí. Se detuvo frente a los cuatro agentes e hizo algo que echó por tierra el plan que los terroristas habían diseñado: en lugar de explotarse, habló a los policías y les explicó que llevaba una bomba adosada al cuerpo. Y les dijo que no quería llevar a cabo ningún atentado, que no quería morir ni ser una terrorista suicida.

La ciudad de Baquba, capital de la provincia suní de Diyala, una de las más conflictivas en un Irak que poco a poco ve cómo se reducen los niveles de violencia, fue el escenario de esta insólita escena. Los policías, desconcertados, ordenaron a la chica ponerse de espaldas contra una pared mientras se mantenían a una prudente distancia. Unos instantes más tarde, según puede verse en una grabación, uno de los agentes se acercó a la joven y la esposó a una reja.

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Poco después, otros dos agentes le quitaron el chaleco y la cachearon en busca de más explosivos. La grabación termina cuando uno de los policías, antes de llevarse detenida a la arrepentida suicida, se quita la chaqueta de su uniforme y cubre con ella los hombros desnudos de la menor.

La adolescente tiene entre 13 y 17 años, según las distintas versiones ofrecidas por la policía iraquí y el Ejército de EE UU. En comisaría declaró que una mujer mayor le había atado a la fuerza el chaleco y le había ordenado que se dirigiera hacia la puerta de entrada de una escuela cercana, donde debía aguardar instrucciones de alguien que la iría a buscar.

El comandante David Rusell, portavoz del Ejército estadounidense, explicó ayer que las investigaciones se centran ahora en "averiguar si la menor fue obligada a ponerse el chaleco de explosivos o se lo colocó voluntariamente". Otro portavoz del Ejército, Jon Pendell, hizo una valoración más positiva del suceso: "La entrega de esta terrorista suicida muestra que los iraquíes siguen rechazando la violencia de Al Qaeda", afirmó.

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Los ataques de mujeres suicidas han aumentado notablemente en Irak este año, admiten fuentes militares de EE UU. Los militantes de Al Qaeda tratan así de evitar los cada vez más estrechos controles policiales sobre los hombres jóvenes, ya que muchos militares y policías se niegan a cachear a mujeres. Mujeres suicidas fueron las que hace dos semanas causaron al menos 25 muertos en tres atentados dirigidos contra peregrinaciones de musulmanes chiíes.

La violencia en Irak ha descendido en la primera mitad de 2008 tras el cese de hostilidades de los simpatizantes del clérigo radical chií Múqtada al Sáder, la colaboración suní con el Gobierno chií de Maliki, y la mejor preparación de los cuerpos de seguridad.

Imagen policial del momento en el que la menor, aún con el chaleco de explosivos en el cuerpo, es esposada a una reja.AP
El mando militar estadounidense investiga si la chica, de 13 años, fue obligada o no a inmolarseVídeo: CNN+

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