Cartas al director

Oposiciones de secundaria

Soy maestra y licenciada en Filología hispánica y este año me he presentado a las oposiciones restringidas de secundaria. La forma de acceso de los maestros al cuerpo de profesores de secundaria es injusta y arbitraria: el tribunal que nos evalúa, compañeros de institutos, no debería ser habilitado para tal misión, ya que es difícil que sea objetivo e imparcial. Puede suceder que, si aprobamos, en algunos casos, pasaríamos por delante del propio tribunal en la asignación de plazas en los institutos en el próximo concurso de traslados; por tanto, estamos ante un conflicto de intereses, al poder...

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Soy maestra y licenciada en Filología hispánica y este año me he presentado a las oposiciones restringidas de secundaria. La forma de acceso de los maestros al cuerpo de profesores de secundaria es injusta y arbitraria: el tribunal que nos evalúa, compañeros de institutos, no debería ser habilitado para tal misión, ya que es difícil que sea objetivo e imparcial. Puede suceder que, si aprobamos, en algunos casos, pasaríamos por delante del propio tribunal en la asignación de plazas en los institutos en el próximo concurso de traslados; por tanto, estamos ante un conflicto de intereses, al poder perjudicar a los examinadores nuestro aprobado.

Por otra parte, es cuestionable la fiabilidad de unas resoluciones basadas en pruebas orales que no se graban y no se pueden recurrir, y pruebas escritas de cuyas peticiones de revisión -un derecho que tienen todos nuestros alumnos de secundaria- se hace caso omiso. Sólo nos queda el recurso de alzada que, como todo el mundo sabe, no sirve absolutamente para nada, con lo que la impunidad de este tipo de tribunales es clara. ¿Cuál es la razón de que no tengamos acceso a nuestros exámenes?

Yo he suspendido, a pesar de mi convencimiento de haber hecho un buen examen, y, como yo, mucho de los opositores que nos hemos presentado, con lo que la casi totalidad de las plazas asignadas a nuestro acceso han quedado desiertas, en algunos casos, por faltar tres o cuatro décimas en la nota final. Sinceramente, me cuesta mucho creer que los maestros, con nuestra larga experiencia docente en la escuela y en el primer ciclo de secundaria, no reunamos los requisitos necesarios para realizar de forma satisfactoria el mismo trabajo que nuestros compañeros de instituto, ellos sí, profesores de secundaria.

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En la próxima convocatoria, dentro de dos años, aunque estudiemos mucho más y nos salga el examen mejor, ¿lograremos aprobar.

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