Reportaje:

Un 'viaje vertical' de película

Ona Planas ultima la adaptación televisiva de la novela de Enrique Vila-Matas, que se traducirá al catalán

La pequeña sala de billar del barcelonés Pipa Club es un hervidero. Y en cambio, nadie presta la más mínima atención a los palos y las bolas, ociosos sobre el tapete verde. Arrebujados en el espacio libre entre la mesa y la pared del fondo, el escritor Enrique Vila-Matas, la realizadora Ona Planas y el productor Paco Poch mantienen la mirada fija en un pequeño monitor. Durante unos minutos, Vila-Matas tiene la oportunidad de respirar el perfume que destila la adaptación televisiva de su novela El viaje vertical, cuyo rodaje finaliza el viernes en Barcelona. En esta ajetreada tarde de lu...

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La pequeña sala de billar del barcelonés Pipa Club es un hervidero. Y en cambio, nadie presta la más mínima atención a los palos y las bolas, ociosos sobre el tapete verde. Arrebujados en el espacio libre entre la mesa y la pared del fondo, el escritor Enrique Vila-Matas, la realizadora Ona Planas y el productor Paco Poch mantienen la mirada fija en un pequeño monitor. Durante unos minutos, Vila-Matas tiene la oportunidad de respirar el perfume que destila la adaptación televisiva de su novela El viaje vertical, cuyo rodaje finaliza el viernes en Barcelona. En esta ajetreada tarde de lunes, la pantalla le muestra las primeras imágenes del telefilme, y el resultado, como ya esperaba, le deja satisfecho. Al tiempo que, como también suponía, constata que será diferente a como él imaginó la historia y sus personajes.

El escritor 'debuta' así en la pantalla y en la lengua de su ciudad natal

El viaje vertical (2000), ganadora del prestigioso Premio Rómulo Gallegos, es la primera obra de Vila-Matas que se lleva a la pantalla y que traducirá al catalán la editorial Funambulista. El autor la define como su novela "más convencional, aunque Sergio Pitol diga que dinamita todas las convenciones de la novela", y se centra en la figura de Federico Mayol (interpretado por Fermí Reixach), acomodado septuagenario a quien su mujer echa de casa tras celebrar las bodas de oro del matrimonio. El personaje emprende un viaje iniciático, geográfico pero sobre todo "mental", como señala Vila-Matas. Un periplo que le llevará a descubrirse a sí mismo, a subsanar carencias culturales propiciadas por la época que le tocó vivir y a darse cuenta de que es posible volver a empezar cuando todo parecía perdido.

El escritor, que se identifica con el cine que produce Poch (Tempus fugit, Crepúsculo rojo...) y las creaciones de Planas (forjada en publicidad y autora de un documental sobre el poeta Narcís Comadira), pidió leer el guión antes del inicio del rodaje. Convencido de que en su novela apenas hay acción, quería confirmar que la esencia del libro se mantuviera en su formato audiovisual. Una vez en marcha la maquinaria del telefilme, rodado en catalán, absoluta libertad. "Ha sido muy respetuoso con nuestro trabajo", corrobora Planas, también guionista de un filme en cuyo reparto figuran Marc Martínez, Vicente Romero, Jeanine Mestre y Pep Pla.

Con un presupuesto de 800.000 euros, este viaje vertical nace de la colaboración entre las productoras Miramar, Mallerich y Jaleo Films, y las autonómicas TV-3, Canal Sur e IB3. Reunir la financiación ha sido la tarea más compleja y ha condicionado las localizaciones. De Portugal se ha pasado a Tarifa, Sevilla, Barcelona y Mallorca. La primera visita de Vila-Matas al rodaje fue la semana pasada en la capital balear, en el palmesano casino obrero del Montepío. Sin ganas de fiscalizar, acudió para mostrar cierta complicidad con la creación televisiva. Pero hasta ayer no contempló las primeras imágenes grabadas, que no acabaron con su "curiosidad" por ver el telefilme terminado.

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