Tensión entre los senegaleses por el contrato de integración

La Asociación de Inmigrantes Senegaleses de Valencia vive días convulsos. Su inclusión en el listado de organizaciones que apoyan el Contrato de Inmigración que impulsa el Consell ha sido la gota que ha colmado el vaso de los opositores al presidente de esta entidad, Bamba Sarr, que han impulsado una campaña de recogida de firmas para pedir que abandone el cargo y convoque elecciones para sucederle.

"Habla en nombre de toda la comunidad senegalesa para declarar su apoyo a esta medida y ni siquiera ha visto el borrador de la ley", le censuró ayer Bara Kane, portavoz del movimiento oposit...

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La Asociación de Inmigrantes Senegaleses de Valencia vive días convulsos. Su inclusión en el listado de organizaciones que apoyan el Contrato de Inmigración que impulsa el Consell ha sido la gota que ha colmado el vaso de los opositores al presidente de esta entidad, Bamba Sarr, que han impulsado una campaña de recogida de firmas para pedir que abandone el cargo y convoque elecciones para sucederle.

"Habla en nombre de toda la comunidad senegalesa para declarar su apoyo a esta medida y ni siquiera ha visto el borrador de la ley", le censuró ayer Bara Kane, portavoz del movimiento opositor. "Toda asociación debe ser apolítica y él está relacionado no solo con miembros del Partido Popular, sino con el partido en el Gobierno de Senegal", apuntó a este diario. Kane también acusó al presidente de la asociación de "gestión indebida" de la entidad y de no controlar sus fondos. Y le reprochó que "en multitud de ocasiones" se ha opuesto a la celebración de asambleas generales para dar cuenta de su actividad tanto a la junta directiva como a la comunidad de ciudadanos senegaleses. "Nos sentimos bajo las órdenes de un dictador".

"No la he apoyado"

El responsable de la asociación negó ayer haber respaldado la iniciativa impulsada por el consejero de Inmigración Rafael Blasco y señaló desconocer el porqué de su inclusión entre las entidades que respaldan el contrato. "No la hemos apoyado y hasta que no lo vea no puedo opinar sobre su contenido. De momento no existe ni el borrador", indicó a este diario.

Sarr, que también es cónsul de su país, restó importancia a las peticiones de dimisión. "Los que lo piden ni siquiera forman parte de la asociación; dicen que cientos de personas quieren que me vaya pero solo hay 78 socios que pagan la cuota".

Además, los estatutos de la entidad que preside, señala, no fijan un tiempo de mandato, por lo que dice no sentirse obligado a irse de un cargo al que llegó en 2003. "El anterior presidente estuvo 16 años al frente de la asociación", apuntó, "la presidencia es indefinida". "El que quiera cambiar algo, tiene que venir como socio e implicarse". En todo caso, de convocar unas elecciones "las ganaría con el 90% de los votos", aunque de momento no entra en sus planes -"no quiero crear situaciones conflictivas", dice-, aunque sí la convocatoria de una asamblea general de la entidad.

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