Reportaje:

"Muy bien, Mariano"

El Grupo Popular celebra la intervención de Santamaría

"Muy bien, Mariano", se oyó desde el escaño de José Madero, diputado del PP por Cuenca, en el momento en el que el presidente de su partido se levantaba para preguntar a José Luis Rodríguez Zapatero.

Por tercer miércoles consecutivo no estaba en el hemiciclo Ángel Acebes, aún secretario general. Tampoco estaban en la despoblada bancada de la derecha de la Cámara otros diputados con nombres notables o largas hojas de servicios al PP como Carlos Aragonés, José María Michavila y Manuel Pizarro, entre otros.

En los escaños más alejados de la tribuna sí estaban los componentes de lo q...

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"Muy bien, Mariano", se oyó desde el escaño de José Madero, diputado del PP por Cuenca, en el momento en el que el presidente de su partido se levantaba para preguntar a José Luis Rodríguez Zapatero.

Por tercer miércoles consecutivo no estaba en el hemiciclo Ángel Acebes, aún secretario general. Tampoco estaban en la despoblada bancada de la derecha de la Cámara otros diputados con nombres notables o largas hojas de servicios al PP como Carlos Aragonés, José María Michavila y Manuel Pizarro, entre otros.

En los escaños más alejados de la tribuna sí estaban los componentes de lo que Esteban González Pons llamó recientemente "la isla de las cabezas cortadas". Es decir, Ana Torme y Alejandro Ballestero, dos de los que se han enfrentado abiertamente a Rajoy. A los pocos presentes les interesaba más el debate que deshilacha por días su partido que el que iban a escuchar en el hemiciclo. En ese clima adverso, Rajoy puso parte de su empeño en cubrir el trámite e intentar hacer oposición, orillando durante unos pocos minutos la situación interna del PP, con una pregunta de economía. "Con su actuación no genera credibilidad, no genera confianza y, además, está causando un grave perjuicio al bienestar de los españoles", dijo Rajoy a Zapatero.

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Fue aplaudido. No hubo entusiasmo, pero tampoco indiferencia. Aplaudió Gabriel Elorriaga, que lamentó hace días la falta de liderazgo de Rajoy. También lo hizo Juan Costa, que se piensa presentar su candidatura alternativa, y no lo hizo Alejandro Ballestero, otro de los críticos, desde el gallinero.

Zapatero respondió al líder de la oposición con un tono exquisito, de extrema suavidad y amabilidad, haciéndose cargo de lo que lleva pasado. Admitió errores en las previsiones económicas y mantuvo el optimismo para poder recuperar las buenas cifras económicas.

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La sorpresa vino a continuación cuando Soraya Saénz de Santamaría dio un pasito en la difícil labor de ganarse a los suyos. La portavoz del PP preguntó a María Teresa Fernández de la Vega sobre financiación autonómica, se vino arriba y sacó partido a la cuestión con frases contundentes: "Triunfa la técnica Bermejo: del atasco de la justicia echan la culpa a Franco; de la financiación al PP y dentro de nada el señor Corbacho por los problemas de la inmigración citará a Cristóbal Colón".

La vicepresidenta del Gobierno laico invocó a Dios: "Que ustedes me hablen de bilateralidad... ¡pero que baje Dios y lo vea!". Los del PP, necesitados de alguna alegría, jalearon a su portavoz, la aplaudieron y la felicitaron a la salida.

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